Tercera entrega de Statham en 2011. Y a la tercera va la vencida, sus dos anteriores entregas echaban en falta las espectaculares y coreografiadas peleas que se han convertido en la firma del actor inglés, sin embargo esta es un despiporre de acción en la que Statham vuelve a mostrarnos que no sólo de dotes interpretativas vive el actor.
Un reparto que quita el hipo:
Jason Statham cuenta en esta ocasión con el acompañamiento de Robert De Niro y Clive Owen. Dos pesos pesados que hacen de gancho para la audiencia y que bordan sus respectivos papeles.
El caso de De Niro merece un estudio aparte. Asentado en el prestigio (y la comodidad económica que da), el actor ha tocado en el último lustro todos los palos con mayor o menor suerte. El problema es que haciendo esto consigue divertirse, sí, pero dinamita una carrera tan impresionante como la suya. Esta película no es una excepción, el actor neoyorkino deslumbra con una interpretación que nos deja a medio camino entre la carcajada y el aplauso, pero que ha hecho creer a muchos incautos que esta cinta es lo que no es.
Clive Owen, por su parte, se trata de un actor ya muy curtido en tiroteos y cachondadas, Shoot ‘Em Up es un buen ejemplo de esto, y bien habría podido ser él el protagonista del filme y Statham el villano. Aunque bien es cierto que Statham todavía no ha hecho un sólo papel de malo y Owen, al ser más expresivo, hace del antagonista alguien creíble.
No es oro todo lo que reluce:
Pero no nos engañemos. Esta película, pese a disfrazarse de versión libre del libro The Feather Men, que escribiera hace dos décadas Sir Ranulph Fiennes (interpretado en la película por Dion Mills) y con el que creó una fuerte controversia en Inglaterra, no es más que una nueva cinta dirigida exclusivamente para los fans de Statham, que se luce como sólo él sabe (la escena de la silla arrancará aplausos), y no se le puede exigir más. Debido a esto, cada vez que McKendry trata de añadir profundidad al guión, la cinta pierde enteros.
Por otra parte (y quizá para poder vender la cinta también al público femenino) se incluye en la película una suerte de romance entre el personaje de Statham y el de Yvonne Strahovski (Chuck, The Canyon). El problema es que el personaje de Strahovski sólo sirve para esa pizca de romance, que además carece de toda lógica, y se nota de lejos que está metido con calzador. Desmerece.
En resumen:
Amantes del cine de acción: Reservad un día e id al cine palomitas en mano, que pasaréis un muy buen rato. Para el resto, mejor buscad algo más profundo en la cartelera.
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