El mundo del hampa británico, al menos el del celuloide, tiene un aroma especial que lo aísla y lo diferencia de otros como pueden ser el estadounidense (la mafia, las cintas de gángsters de los 50, el Bronx…) o el nórdico, el que vemos en Dinero Fácil, por ejemplo. La humedad de la capital inglesa parece ser un personaje más, pero no es sólo eso, las barriadas periféricas, la pobreza de espíritu unida a la económica y el carácter típico británico se unen para crear un ambiente fácilmente reconocible, ha ocurrido en cintas recientes como Blitz y el director Guy Ritchie lo retrató maravillosamente en su “trilogía” formada por Lock & Stock, Snatch: Cerdos y Diamantes y RocknRolla.
Este ambiente es el que ha querido utilizar William Monaham (Oscar al mejor Guión Adaptado por Infiltrados) como vehículo para el primer filme bajo su dirección. Y el resultado es una historia que recoge parte del humor negro de las cintas de Ritchie y lo mezcla con algo de la acción que desprende la cinta protagonizada por el escultural Jason Statham y unas gotas de genialidad en los personajes para crear una película que va más allá del puro entretenimiento.
Una película sustentada por sus personajes:
Sin duda alguna, el guión de Monaham tiene gran parte de la “culpa” de que este largometraje sea mucho más que una entretenida cinta de antihéroes. Pero donde esto se hace realmente patente es en sus personajes, su profundidad y sus matices.
Mitchel (Colin Farrel) es un tipo atrapado por su pasado, él intenta avanzar, pero todo parece estar en su contra, sobre todo el hecho de que prácticamente no sabe hacer nada más en esta vida que machacar cráneos. El resultado es un personaje trágico con el que no cuesta empatizar y que casa a la perfección con Charlotte (Keira Knightley), otro personaje “roto” cuyas fracturas encajan con las de nuestro protagonista. El cuerpo menudo y huesudo de Knightley le sirve de apoyo esta vez para reforzar esa impresión que pretende dar de ser desvalido en busca de apoyo.
Sin embargo, quien realmente ha conquistado a este crítico es David Thewlis. El actor británico, que ya coincidió con el director en El Reino de los Cielos y que viene de hacer de Remus Lupin en la saga Harry Potter, se marca una interpretación a medio camino entre la carcajada y el escalofrío digna de aplauso. Su personaje, un actor malogrado que convive con Charlotte y se da a las drogas y a la vida contemplativa, tiene una evolución a lo largo de la cinta muy interesante, un hecho curioso, teniendo en cuenta lo secundario de su papel.
En resumen:
Una interesante opción para los amantes del cine del hampa. London Boulevard es una pequeña película que llega sin hacer mucho ruido, pero que no debe ser dada de lado.
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