Rumores y Mentiras: No son rumores, otra comedia es posible

TitularA Olive (Emma Stone) no le apetece pasar el fin de semana con su amiga y para «librarse» se inventa que pasará éste con un chico al que ha conocido. A la vuelta las preguntas son inevitables, y para saciar la curiosidad de su amiga y que no la atosigue más, le cuenta / le deja creer que terminó en la cama con su cita. No pasaría nada si no fuera porque las paredes, ¡dichosas paredes!, son de papel y las palabras pueden llegar a oídos con no muy buenas intenciones. Lo suficiente para prender la mecha. Así, lo que en un principio sólo pretendía ser una simple mentirijilla para contentar a una amiga se acaba convirtiendo en la comidilla de todo el high school. Y así empiezan los rumores y mentiras.

 

El film sabe aprovecharse de los tópicos de las comedias teen de instituto para darles la vuelta y centrarse en asuntos más importantes. El sexo está en boca de todos, pero ¿dónde está el acto en sí? Aquí se habla, y mucho, pero como excusa para adentrarse en la popularidad y la fama, la moral, la intimidad, el amor, el ser fiel a uno mismo… Sin embargo, a diferencia de lo que suele ser habitual en el género, no hay una sola escena explícita. El instituto donde transcurre la acción no deja de ser una suerte de microcosmos a través del cual se nos relata como funciona el juego de la popularidad y lo difusa que puede ser la línea entre el rumor y la verdad.

 

Tomando como referentes la novela La Letra Escarlata de Nathaniel Hawthorne y las comedias juveniles de los 80 (especialmente las de John Hughes), Rumores y mentiras aparece como un soplo de aire fresco entre tanta comedia adolescente manida en temas y arquetipos. La película, como decimos, juega con las reglas y las hace suyas, mostrándose como una obra con entidad propia, divertida, inteligente y con una clara vocación de homenaje al cine de John Hughes.

 

Titular¿Y cómo explicar de dónde viene Olive? Stanley Tucci y Patricia Clarkson tienen la respuesta a ello. Son un ejemplo de padres modernos, muy liberales y comprensivos… quizás demasiado liberales para un entorno en el que lo que más importa son las apariencias. Junto a Lisa Kudrow y Thomas Haden Church (como la orientadora del centro y el profesor de inglés) son el contrapunto perfecto a una realidad -la adolescente- donde hasta el más pequeño de los problemas puede acabar con el mundo.

 

Rumores y mentiras está plagada de diálogos ingeniosos y llenos de ironía, con un tono muy natural se trate ya de conversaciones de un marcado carácter frívolo como de cuestiones más serias. Gran parte de la culpa de que esto sea así -aparte del guión en sí- es lo acertado del casting. Emma Stone está fantástica en un papel que parece hecho para ella. Si con Bienvenidos a Zombieland encandiló y con la confirmación de que será Gwen Stacy en el reboot de Spiderman puso su nombre en boca de todos, gracias a Rumores y mentiras se ha encaminado definitivamente hacia el estrellato hollywoodiense.

 

Rumores y mentiras se sitúa en la senda de filmes como Supersalidos o Juno, ofreciendo una comedia «adolescente» con los matices suficientes para despertar el interés y la sonrisa en un público mucho más amplio. Y si además tenemos el privilegio de disfrutar de una bellísima Emma Stone pletórica ¿qué más se puede pedir?

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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