Thor: El Mundo Oscuro

Thor. El Mundo Oscuro: Conflicto de identidad

Thor: El Mundo Oscuro ya apunta maneras para convertirse en la cinta más floja de esta Fase 2 del universo cinematográfico marvelita, algo que ya sucediera con la primera entrega, obra de un incomprendido Kenneth Branagh al que no dejaron profundizar en los conflictos shakespearianos que tanto le atraen. Ahora con Alan Taylor al frente, el dios más pop de la historia se apunta a la fórmula de Iron Man en la que la aventura y la comedia van de la mano. Con unos decentes resultados, logrando un buen equilibrio entre ambas ofreciendo un producto bastante entretenido; pero a un precio realmente alto, ya que la película carece de cualquier atisbo de autoría y de identidad, mostrándose como un producto de consumo rápido que no deja ningún poso en el espectador. Un título hecho al corte que marca la compañía, un mero trámite para ir allanando el camino que conducirá a Los Vengadores 2.

 

Gustase más o menos, si había algo que se le debía aplaudir a Branagh en Thor era su intento de trascender el simple entretenimiento y dejar su sello en el film, esforzándose por marcar un tono y unas ideas reconocibles. Un aspecto que sí hemos visto en toda su plenitud en las adaptaciones de Capitán América (Joe Johnston, 2011), el Iron Man de Shane Black (2013) de la que se sirve esta, o en la reina de todas, Los Vengadores de Joss Whedon (2012). Taylor en cambio se ciñe a las directrices que le dan desde los despachos y cumple con el encargo encomendado.

 

Tom Hiddleston en Thor: El Mundo Oscuro

 

Tras un solemne prólogo que invita a pensar en una obra cargada de épica, Thor: El Mundo Oscuro (que de oscuro tiene poco) hace una clara apuesta por el tono más desenfadado y evasivo del género superheroico con un protagonista, Chris Hemsworth, de una poderosa presencia física pero a la que no acompaña el carisma, máxime cuando uno a uno, los personajes que le rodean tienden a robarle planos. Es en estas donde Tom Hiddleston demuestra una vez más porque le adoran los fans. Loki es la estrella de la función y pide a gritos un spin-off. A ser posible (por pedir que no quede) al más puro estilo de El emperador y sus locuras (Mark Dindal, 2000).

 

Se agradece, eso sí, que Marvel Studios haya aprendido de algunos de los errores de la primera entrega de la franquicia. La acción está más equilibrada, trasladando el grueso de la narración a Asgard y otros mundos fantásticos, permitiendo que luzcan como merecen (gracias también a un excelente acabado técnico y a una apuesta por subir la escala de la acción). Es una pena que el villano, Malekith (Christopher Eccleston), no termine de despertar un interés real en el espectador y su sed de venganza y de sufrimiento asgardiano nos da un poco igual.


Thor: El Mundo Oscuro es una apuesta cumplidora, poco más. Un producto menor de la factoría Marvel que marca, eso sí, el estándar por el cuál es posible aventurar que se regirán próximas producciones.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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