A primeros de 2012 llegó a nuestro país Atraco por Duplicado, una cinta protagonizada por Partrick Dempsey y Ashley Judd en la que dos grupos de atracadores (unos más profesionales que los otros) coincidían en un asalto a un banco. Alfonso Sánchez «El Cabeza« ha coproducido, escrito, dirigido y protagonizado junto a su inseparable Alberto López «El Culebra« una película que, con unos ingredientes similares, logra que al espectador le duela la cara al final de tanto reírse.
El Mundo es Nuestro se ríe de la ignorancia sin humillarla, utiliza los tópicos sin caer en la chabacanería y demuestra que no hace falta un presupuesto millonario, extras famosetes por doquier ni rodar en 3D para lograr una comedia 100% española y desternillante. Otra cosa que también deja clara, una vez más, es que lo que hace que una película nos conquiste no es ni más ni menos que el guión sobre el que se desarrolla. Uno puede contar con la dirección artística más impresionante, con los mejores actores o con una idea fenomenal, si no hay una historia bien contada detrás no se tiene nada. El Mundo es Nuestro es cortita (87 minutos) como exige su tono de comedia, pero se nos antoja aún más breve por la fluidez con que se desenvuelve. Y esto ya no es tan fácil, por más natural que nos lo presenten sus protagonistas.
Además, el filme sale en el momento justo. La prima de riesgo, el FMI, el BCE, el IBEX, el PIB, la banca, la burbuja inmobiliaria… El noventa por ciento de todos estos conceptos resultan desconocidos para una parte importante de la población española. Sin embargo las consecuencias de escucharlos o verlos en las noticias las conocemos todos: paro, precariedad, pobreza, hambre… El Culebra y El Cabeza se nos presentan como dos Robin Hoods de extrarradio sin instrucción ni elevados ideales que los lleven a actuar, pero con las narices necesarias como para intentarlo.
Los protagonistas representan todo aquello que alguna vez hemos soñado hacer en estos tiempos, pero que nuestros dos dedos de frente nos han frenado de intentar. Pero no son ellos los únicos que nos retratan: el coro de secuestrados que puebla la sucursal son personajes arquetípicos que reflejan cada una de las bajezas del ser humano… y alguna de sus virtudes. Fuera queda la policía, desconectada de la realidad (como la inspectora burgalesa en Sevilla) o tan inmersa en ella que ya la ha dado por imposible (véase al permanentemente derrotado comisario Narváez)
Pero para disfrutar de El Mundo es Nuestro no hacen falta profundas reflexiones sobre economía, humanismo o política. Sólo relajarse y disfrutar con una de las mejores comedias de lo que llevamos de año.
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