Con una aplastante audiencia de 8,8 millones de espectadores semanales y una segunda temporada ya firmada, Revenge es, sin duda alguna, uno de los estrenos más potentes de la presente temporada en Estados Unidos. Este es el motivo por el que FOX ha decidido traer a nuestro país la nueva producción de Disney para emitirla a partir de Enero. Pero, ¿tenemos nosotros también motivos para verla?
Lo primero que le viene uno a la cabeza después de ver el primer episodio es que esta es una serie fácil de ver, con la dosis justa de complejidad para que enganche pero no aturulle. El argumento es tan antiguo como pueda serlo el del Conde de Montecristo: familia bien caída en desgracia por una traición, niña criada entre rejas que sale del reformatorio forrada de pasta, un dinero que utilizará para crearse una nueva identidad y vengarse de los traidores.
Revenge tiene algunos de los ingredientes que más gustan hoy en día en las series. Por un lado nos presenta una comunidad supuestamente idílica, glamourosa y feliz que esconde una red de traiciones y tejemanejes turbios muy a lo Mujeres Desesperadas (a la que precederá en FOX en su última temporada) y con reminiscencias de series como O.C., que, como Revenge, está firmada por Michael Kelley. Por otra parte, su personaje principal es del tipo «sonrisa Profidén por fuera-desgraciado y rabioso por dentro», un perfil que está funcionando a las mil maravillas en El Mentalista y que ya se probó en la defenestrada Life.
Así, en esta serie tendremos a una guapísima Emily Van Camp (Cinco Hermanos o Infectados, de los hermanos Pastor) tachando caras en una fotografía conforme vaya consiguiendo poner en su lugar a cada uno de los implicados en su desgracia, acercándose poco a poco a la mayor responsable: la antigua amante de su padre, un papel que recae en una maquiavélica Madeline Stowe (Doce monos, El Último Mohicano), que controla actualmente todo lo que ocurre en la acomodada comunidad de los Hamptons. Estrellas de los 90, bellezas actuales, chicos esculturales de gimnasio… «Visualmente», la serie ha hecho los deberes.
Donde no los ha hecho, en mi opinión personal, es en el apartado musical. Por un lado está la moda actual de series sin cabecera, porque un único sonido como cabecera de una serie no es cabecera ni es nada, me desagradó en Perdidos, me desagradó en Héroes y me desagrada en Revenge. Por otra parte, y al no ser esta una serie caracterizada por sus elevadas dosis de acción, la música elegida para acompañar a las escenas podría ser un poco más animada y menos ñoña, sin desmerecer el trabajo de iZLER, compositor de su banda sonora.
En resumen: Revenge es una serie con altas probabilidades de triunfar. Tiene un argumento tan atractivo como sus personajes y, pese a no innovar, es tremendamente fácil de ver y sus capítulos se antojan cortos, lo cual es una buena señal, ya que el espectador los disfruta de principio a fin.
Deja un comentario: