Con el runrún de la nueva película de Venom ya caldeando el ambiente, esa que nos traerá a Woody Harrelson como Matanza, Panini Cómics está desempolvando todo el catálogo que tiene del simbionte homicida para aprovechar el hype entre el fandom y, de paso, dar a conocer a uno de los enemigos más mortíferos del trepamuros.

«¡Si es Donald Trump otra vez, dile que ya has quedado para comer!«

En estas condiciones se presenta este volumonoso tomo de la línea Marvel Héroes que toma por título El nacimiento de Matanza y que narra, entre otras cosas, el primer trepidante duelo entre Spiderman y Matanza (y Veneno). Un duelo -como el resto del libro- condicionado por lo bueno y lo malo que tuvieron los años 90. La aventura con los simbiontes es la parte más destacada de un libro que no termina de entusiasmar, quizás por el trabajo de funcionario que realiza David Michelinie, guionista principal de las historias aquó incluidas, maniatado por las injerencias de sus editores (como explica Julián Clemente en el artículo que abre el tomo).

En general, estamos ante una colección de cromos. En cada aventura Spiderman se junta con dos o más héroes para hacer frente a la amenaza de turno, como si de un Marvel Team-up se tratara. Que si Iron Man y Pantera Negra, que si Los Nuevos Guerreros, que si Castigador y Caballero Luna… Un desfile de «artistas invitados» que condiciona el desarrollo de las historias y lleva obligatoriamente el foco hacia la acción y la pelea de rigor, enterrando el que es uno de los puntos fuertes del trepamuros: su vida personal y sus amigos.

Es más, en aventuras como ¡Muerte de juguete! o Padres y pecados, en las que nuestro protagonista no tiene que hacer de cicerone de sus spider-amigos a Michelinie se le nota mucho más suelto y demuestra buenas aptitudes desenvolviéndose en el entorno arácnido. Es una lástima que estos relatos sean los menos y que apenas tengamos la oportunidad de profundizar en la vida de Peter en el campus o con la noventera Mary Jane (por aquel entonces todavía sufrida y unidimensional esposa de la araña).

Como decía, la aventura compartida con Veneno para hacer frente al recién nacido Matanza es lo más interesante del libro, por todo lo que ha significado el personaje en los años siguientes; aunque en comparación con el resto de relatos, sea una saga bastante corta (solo tres capítulos). Pero el interés de la misma es tan grande (y mediático) que se entiende la decisión de Panini de otorgarle todo el protagonismo en la portada (llevando, por otra parte, a posibles confusiones a potenciales lectores atraídos por un voluminoso libro de los simbiontes). Matanza (así es como se llama el pequeño arco) en realidad no se aleja mucho de la estructura de las otras aventuras compartidas que copan el cómic, pero al tratar con personajes con los que existe una estrecha relación (ya sean Los 4F o Veneno) da espacio al guionista a tocar (poco, pero los toca) aspectos cotidianos de la vida de Peter. ¡Y con Mark Bagley a los lápices! El veterano artista tiene en su hoja de servicios el reconocimiento de haber sido cocreador del villano.

El tomo se completa con el especial 30 aniversario del personaje, que trae de vuelta a unas figuras imprescindibles del personaje (aunque la historia no se resuelve en las presentes páginas, habrá que esperar a un recopilatorio futuro), y unas breves historias firmadas por auténticas leyendas como Stan Lee o John Romita Sr.