Pixar

Pixar: Compartiendo momentos estelares (I)

22 Oscar, cuatro Globos de Oro y tres Grammys bastan para empezar a hablar de una de las mejores productoras de animación actuales con films que no solo ganaron premios, sino también millones de adeptos a las aventuras que Pixar ha ido ofreciendo a lo largo de 26 años. De entre sus, por ahora, doce proyectos, cabe acordarse de títulos como Toy Story, Bichos, Monstruos S.A., Buscando a Nemo, Wall-e o Up, pues se merecen un buen homenaje.

 

Sus numerosos premios se deben a que Pixar consiguió situarse entre las mejores, por delante incluso de Dreamworks. Fue la primera en realizar un largometraje de animación íntegramente por ordenador (Toy Story) y la primera en recibir un Oscar por ello. Pero no se quedó allí, sino que comenzó a rozar la perfección con películas como Monstruos S.A, en el que el detallismo de los 2.320.413 pelos de Sully consiguieron que la crítica contuviese la respiración.

 

Todo se cuida en Pixar, desde aspectos generales como los decorados, los personajes y los colores hasta una simple silla. El proceso de creación de cada película es arduo y requiere un gran trabajo en equipo. Las seis horas de renderización que requiere cada film, el añadido de efectos sonoros y la música, compuesta en su mayoría por Randy Newman –cuyas canciones han dado beneficios de 2.500 millones de dólares en todo el mundo, además de 16 Oscar– son solo algunos de los pasos que el equipo tiene que llevar a cabo.

 

Vemos como Pixar se ha ganado su lugar privilegiado dentro del panorama cinematográfico. Si por algo destaca esta productora estadounidense es por una sola palabra: calidad. El poder de adaptarse a cualquier proyecto y llevarlo a cabo satisfactoriamente a la vez que conquista al público no es algo que hayan conseguido muchos. Por eso, películas como Brave, Los Increíbles 2 o Monsters University son los films más esperados de los próximos años.

 

Toy Story (1995) – Hasta el infinito… ¡Y más allá!

 

Woody es un intrépido vaquero muy querido por su dueño, Andy. Pero no es un juguete cualquiera sino que, al igual que sus compañeros de habitación Slinky, Rex, Hamm o el Sr. Patata, tiene vida propia y se dedica a pasar el rato con ellos cuando Andy no les ve. Todo se complica en el momento en que aparece Buzz Lightyear, un nuevo inquilino que se considera a sí mismo un soldado interespacial en lugar de lo que realmente es, un juguete. Woody se debatirá entre el bien y el mal cuando los celos por Buzz comiencen a florecer.

 

Toy Story

 

Con esta trama, Pixar empezaba a dar sus primeros pasos a la cima cinematográfica. Y es que Toy Story fue el primer largometraje de la productora y también el primero en realizarse íntegramente con efectos de animación digitales, conquistando las taquillas a nivel nacional e internacional. No fueron pocos los desafíos que tuvo que afrontar el director John Lasseter, como hacer que todo lo que rodease a los personajes pareciera orgánico, real –por ejemplo, el césped– o aportar un toque de realismo a los decorados, como puertas y ventanas –la casa de Andy parece desgastada con golpes en las puertas.

 

Pero no solo conquistó la crítica, sino también al público con la pareja protagonista, Woody (Tom Hanks) y Buzz Lightyear (Tim Allen), logrando que miles de niños empezaran a ver a sus juguetes de otra forma. Como curiosidad, decir que al principio Buzz se iba a llamar Lunar Larry, luego se paso a Morph Lightyear y, finalmente a Buzz Lightyear como homenaje al astronauta Buzz Aldrin. Su traje se diseñó en base a los trajes del programa Apolo, así como en las figuras de G.I. Joe. El nombre de Woody, por su parte, proviene del actor de western Woody Strode (Espartaco o El Sargento Negro).

 

En cuanto a la banda sonora, Lasseter no quería otro musical a lo Disney, por lo que contrató a Randy Newman para que aportase un tono enérgico, emotivo e ingenioso a cada escena del film. El resultado ya lo conocemos: Oscar a Mejor Banda Sonora y a Mejor Canción Original. Y es que todos nos acordamos de la entrañable canción Hay un amigo en mí, la cual también aparece en la segunda y tercera entregas, aunque versionada en la última.

 

 

Bichos, Una Aventura en Miniatura (1998) – ¡Por las hormigas oprimidas del mundo!

 

Flik es un antihéroe visionario e ingenuo que quiere ser de ayuda para su colonia de hormigas, pero al que todo el mundo le toma por fracasado. Un día decide irse a la gran ciudad en busca de ayuda para salvar a su gran familia de unos malvados saltamontes que llevan aprovechándose de la colonia demasiado tiempo. La idea de este guión vino de la mano del cuento clásico La Cigarra y la Hormiga, pero sustituyendo a esta primera por despiadados saltamontes. Al elenco habría que añadirle unos bichos circenses que pronto se unirían a Flik en la guerra contra los saltamontes.

 

Bichos

 

Es cierto que Bichos no tuvo tanto éxito como su predecesora Toy Story –es la menos taquillera de Pixar– pero sí es un film recordado por su acercamiento al espectador a través de la caricaturización de los distintos personajes como la mariquita Francis, la oruga Heimlich, el insecto palo Ramín o las graciosas Tuck y Roll. Para idear este mundo animal, Lasseter y Andrew Stanton decidieron atar una videocámara a una barra a ras del suelo y así imaginarse el mundo desde el punto de vista de un insecto. Otra pequeña curiosidad es que las cajas de la ciudad tienen los nombres de los hijos de los guionistas (JuJu’s Litter, Hannah’s Bananas).

 

Además, como todo film dirigido a los más pequeños, cumple con su función educacional. Sigue la trayectoria de escritores como La Fontaine o Esopo con la fábula La Cigarra y la Hormiga, mencionada anteriormente. Al igual que estos transmitían diversas enseñanzas a través de historias de animales con comportamientos humanos, Pixar lo hace en Bichos con la lucha entre hormigas y saltamontes y la moraleja de que la libertad es el tesoro más preciado de todos, pero con ciertos toques mágicos del mundo del cine para encandilar a todos los públicos.

 

 

Toy Story 2 (1999) – No Buzz, yo soy tu padre

 

La madre de Andy ha decidido hacer un mercadillo para poner en venta los juguetes y otras cosas de la casa que ya no se usan. Pero Woody no puede permitir que amigos suyos acaben en otro sitio que no sea junto a Andy, por lo que intentará rescatar a Wheezy, un pingüino al que se le ha estropeado su sonador y que acabará en venta. Woody conseguirá salvar a Wheezy con la ayuda del perro de Andy, pero en la vuelta a casa se cae en el jardín y es secuestrado por un coleccionista de juguetes llamado Al McWhiggin cuando la madre de Andy se niega a vendérselo. Buzz organizará rápidamente una patrulla de rescate con el Sr. Patata, Rex, Slinky y Hamm para ir en su busca.

 

Toy Story 2

 

Sin duda, la calidad de films como éste, es su guión. Los personajes tienen personalidad, nos hacen interesarnos por sus historias, ya sea el dolor de un juguete por haber sido abandonado; la importancia de la amistad y de la familia o que el tiempo pase para todos (los juguetes también se estropean). Si a esto le añadimos un alto sentido del humor con escenas que homenajean a otros films como La guerra de las Galaxias o Jurassic Park o la aparición de las muñecas Barbie, tenemos el éxito asegurado.

 

Siguiendo el hilo de lo anterior, los gags que incluye Pixar en sus films no son chistes aislados. En Toy Story 2, vemos como la escena en la que Rex intenta acabar con el emperador Zurg en un videojuego hace referencia a la Guerra de las Galaxias. Este gag continúa apareciendo durante el resto del film con la persecución de Zurg a la tropa o la pelea entre el otro Buzz y Zurg. Esto hace que la historia avance y que los personajes evolucionen, no es algo puntual y de relleno. Todo está meticulosamente entrelazado.

 

250 artistas, 18 escenarios distintos, 1.200 juegos de maquetas diferentes y 4 años fueron necesarios para crear esta película. Se pensaba estrenar directamente en video, pero su gran calidad animó a Disney a ponerla en la gran pantalla. Tuvo un gran éxito y encumbró una vez más a Pixar a lo más alto. Importante destacar un comentario del director, John Lasseter: «Hacemos las películas que nos gustan. Es decir, el tipo de películas que nos gustaría ir a ver. Las películas que más me gustan son las que me hacen reír hasta las lágrimas, y que me conmueven al mismo tiempo. A mí me no me da vergüenza llorar en el cine. Me influyó mucho Frank Capra y la forma en que sus trabajos te llegaban al corazón y te emocionaban«.

 

 

Monstruos S.A. (2001) – ¡Mike Wazowski!

 

Sully y Mike son dos monstruos que trabajan en una empresa que fabrica energía a partir de los sustos de los niños para toda la ciudad de Monstruopolis. La única y férrea regla es «que nunca te toque un niño», pues se cree que portan virus e infecciones. La vida de Sully y Mike se verá altamente complicada cuando una niña llamada Boo se escape de su habitación y ambos tengan que hacerse cargo de ella a escondidas.

 

Monsters INC

 

Al igual que sus predecesoras, Monstruos S.A. no está exenta de aventuras y de calidez humana además de presentarnos una animación de diez. La película cuenta con la versión más avanzada de la tecnología de animación por ordenador, la representación de la piel y los pelos se confunden prácticamente con la realidad. Un claro ejemplo es el de Sully, cuya piel azul con lunares rosas incluye los más de dos millones de pelo mencionados en la introducción; y también en el caso de Boo con sus dos coletas. Además, gracias a otro programa de simulación la camiseta de la niña se mueve independientemente de su cuerpo. Y a nadie se le olvida el espectacular tramo final, con perspectivas, enfoques y desenfoques impensables para una película hecha por ordenador.

 

Por otro lado, el director Pete Docter también se preocupó por cuidar el guión, la trama y la personalidad de todo monstruo existente. Pixar le da la vuelta al mito del monstruo saliendo del armario y lo convierte en una entrañable fábula infantil, solo hay que ver a la pequeña Boo; esta niña sin diálogo en todo el film, aparte de «¡Mike Wazowki!» o «Gatito» y balbuceos incomprensibles, se come la pantalla. Y si hablamos de Mike y Sully, podemos decir que son una pareja con más química y fuerza que muchas otras del mundo hollywoodiense. Quizás sea la película de Pixar más enfocada al público infantil, pero Monstruos S.A. certificó el momento de madurez alcanzado por el cine de animación.

 

Como colofón os dejamos con una de las escenas finales en la que se puede ver que los juguetes que le da Boo a Sully son la vaquera Jesse de Toy Story 2, Nemo de Buscando a Nemo y la pelota de Toy Story (que también aparece en Toy Story 3 y en Up), algo muy frecuente en las películas de Pixar.

 

 

Buscando a Nemo (2003) – Para ser un pez payaso tiene poca gracia

 

Marlin es un triste y miedoso pez payaso debido a un grave incidente en el que solo sobrevivió uno de sus hijos, Nemo. Los cuidados excesivamente protectores de Marlin harán que Nemo se rebele y decida embarcarse en una aventura para demostrarle a su padre que sabe valerse por sí mismo a pesar de tener una aleta atrofiada. Pero todo se complicará cuando en su misión acabe atrapado por la red de un buzo que le llevará muy lejos de su hogar y Marlin tenga que recorrerse medio océano para ir en su busca.

 

Buscando a Nemo

 

Quizá el triunfo de las películas de Pixar se debe a la humanidad que transmiten todos sus personajes. Da igual que sea un juguete, un pez, una hormiga, un coche o un monstruo, todos ellos transmiten humanidad y calidez por cada uno de sus poros, conectando instantáneamente con el espectador. Y en Buscando a Nemo Pixar llega a su apogeo con la introducción de una relación paterno-filial encarnada por dos peces que harán lo que sea por reencontrarse. Destila amor, sacrificio, entrega y superación desde los protagonistas hasta otros acompañantes como Dory, los tiburones o las tortugas que hacen que todos los niños de 1 a 99 años sonrían delante de la pantalla.

 

Andrew Stanton junto al equipo de Pixar dieron un paso más con esta película en el arte de la animación. Si ya de por sí animar peces era todo un reto, la espectacularidad que tienen las profundidades oceánicas no era nada fácil de plasmar por ordenador. Lo que quería Pixar era mostrar una caricaturización del océano que realmente no existe, hacerlo creíble. Su meta en todos sus films es esa, aportar realismo y credibilidad a todas sus historias, que nos sintamos parte de cada una de ellas. Según Lasseter, en Buscando a Nemo «para crear un mundo natural y creíble para los personajes, sólo tuvimos que estilizar los diseños, realzar la geometría e intensificar los colores«.

 

Los directores de fotografía Sharon Calahan y Jeremy Lasky aportaron su grano de arena al aspecto del escenario submarino con su innovadora iluminación y diseño. La iluminación de Calahan realzó el paisaje oceánico con colores intensos, fondos suaves y resplandores aquí y allá. Lasky, por su parte, intensificó la sensación de estar bajo el agua con los movimientos de cámara y los escenarios y aprovechó al máximo el dramatismo del film.

 

En definitiva, se estudiaron los componentes clave de los entornos oceánicos: la iluminación, las partículas, la penumbra de algunas zonas y los reflejos. A esto habría que añadirle las burbujas, olas y ondulaciones para crear este complejo escenario que le dio otro Oscar a Pixar como Mejor Película de Animación.

 

 

Los Increíbles (2004) – No importa cuántas veces salves al mundo, siempre vuelve a estar en peligro otra vez

 

Bob (Mr. Increíble) es uno de los muchos superhéroes retirados forzosamente por petición de la humanidad y que vive su día a día obligado a comportarse como una persona normal. Detesta su trabajo, pero aguanta a su odioso jefe para dar de comer a su mujer Helen (Elastigirl) y a sus tres hijos, Jack-Jack, Violeta y Dash, los cuales también tienen superpoderes. Sin embargo, Bob no puede dejar de pensar en sus viejos días de gloria salvando vidas, por lo que cuando se le presenta la oportunidad de trabajar de incógnito a cambio de dinero, no dudará en aceptarlo.

 

Los Increibles

 

Los Increíbles es la sexta película de Pixar y la primera (y por ahora única) cuyos personajes son todos seres humanos. ¿Su fin? Parodiar/homenajear los filmes e historias de superhéroes. Cansados de tanto patriotismo y temática heroica similar, Los Increíbles se convirtió en un lavado de imagen dejando a más de uno a gusto en su butaca. Todo salió de la imaginación de su director, Brad Bird, el cual quería una película que incluyese grandes dosis de aventuras, una familia peculiar, humor inteligente y personajes auténticos. Todo ello compaginado con la necesidad de creer en uno mismo, de aceptarse y con la importancia de la familia, el mayor super-poder que puede tener cualquiera.

 

La historia se filmó en 100 escenarios diferentes, desde las afueras de una ciudad hasta las junglas salvajes de de la isla Nomanisan. Bird pidió a los de Lasseter que los personajes fueran creíbles, con piel cinética y palpable, pelo y ropa. Se consiguió hasta tal punto que los personajes parecían más cerca que nunca.

 

Con este proyecto Pixar se superó y demostró que no hay nada que no puedan hacer. Fue, en palabras de Lasseter, su «mayor demostración de fuerza«. Los Increíbles se resume en una declaración que él mismo hizo: «Afortunadamente, los chicos de Pixar mejoraban cada día. Con esta película, se han superado a sí mismos. Cuando ves actuar a los personajes y te fijas en sus ojos, sientes lo que está pasando en su alma. Los matices de su animación facial y los gestos de sus cuerpos son increíbles. Los personajes y la historia enganchan tanto que no te das cuenta de cuál es el género de la película. Sólo sabes que estás viendo una historia fabulosa«.

 

Veremos en la segunda parte de este reportaje si consiguieron superarse de nuevo. De momento, os dejamos con una de las mejores escenas de acción de la película.

 

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