Dos amigos (Jonason Pauley y Jesse Perrotta) con un fuerte amor por la saga Toy Story y con bastante tiempo libre se lanzaron allá por 2010 (con 17 y 18 añitos) a la aventura de trasladar la primera entrega de la franquicia al terreno de las live-action sin más medios que su videocámara y varios centenares de metros de hilo. El resultado ha dado la vuelta al mundo y lo podéis ver completo a través de Youtube. Nosotros no podemos dejar de aplaudir la iniciativa:
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