El tercer día de la muestra Syfy ha concentrado varios de los platos fuertes: Wolf Children, Twitx, Antiviral, The Cabin in the Woods y Dead Sushi. El momento tierno de la muestra este año ha correspondido a la obra de animación de Mamoru Hosoda, sobre unos niños (hijos de una humana y un hombre lobo) que han de decidir que quieren ser: hombres o lobos. Y si el viernes disfrutamos del amor maternal de Eduardo Casanova, el corto que nos encontramos esta vez es el pretencioso Voice Over de Martin Rosete. Visualmente poderoso, las gafas de pasta le pesan tanto que no puede con ellas.
El Coppola artesanal (el que cuenta con pocos medios) y menos talentoso vuelve a hacer acto de presencia. Es evidente que el cineasta no pasa por su mejor momento creativo (tampoco le hace falta, de sus vinos vive cómodamente) y que un también en horas bajas Val Kilmer no fue la mejor opción para protagonizar esta rareza con nombre de chocolatina. La historia, digna de un imitador de Stephen King de saldo, parece concebida durante una borrachera y editada en la posterior resaca. En un mundo en que todos son sombras de lo que eran, el aspecto más interesante es el onírico, la idea de que la inspiración (y la verdad) llegan en sueños y como se construye esta realidad en torno al mundo físico en que habitan los personajes.
Y si con Twitx hubo quien se marchó de la sala para tomarse unas copas, con Antiviral fue mayoría la que se quedó pegada a la butaca. Brandon Cronenberg hace una pequeña demostración de lo que podría haber hecho su padre de tener los medios a su alcance cuando empezaba allá en los 70. El hijísimo construye un thriller enfermizo con una premisa de lo más inquietante: la mitomanía ha llegado a tal punto que algunas empresas se dedican a vender enfermedades de los famosos a sus fans, para que se las inyecten y padezcan los mismos males. Ya no se trata de seguir las andanzas de una celebrity y conseguir una foto, se trata de compartir, de poseerla en un sentido que se acerca poco a poco al término literal de la palabra. Turbadora propuesta. Por desgracia no es una obra redonda, muestra intenciones pero abre demasiados caminos y acaba escogiendo el menos polémico y visceral. Aún así, Brandon Cronenberg apunta maneras.
Lo de The cabin in the woods es para analizarlo. Que un film tan maltratado por las distribuidoras y del que ni siquiera se sabe cuando se comercializará en España (en cines seguro que no) venda todas las localidades una semana antes del comienzo de la muestra es para tenerlo en cuenta. El film de Drew Goddard (no, no tiene nada que ver con Jean-Luc Godard) es ya una cult movie que entusiasma a partes iguales a fans del género y espectadores casuales. Con un reparto con estrellas como Richard Jenkins o Chris Hemsworth, esta película que mezcla terror y comedia podría interpretarse como [SPOILER] una guía explicativa del cómo y porqué del género de terror; una justificación a esos Hellraiser, Viernes 13, The Ring, Pesadilla en Elm Street… Ideal para arrancar o finalizar cualquier maratón de cine de terror. [FIN SPOILER] The Cabin in the Woods tiene su mayor valor en tratar de igual a igual a su público, no pretende jugar con él, sino hacerlo partícipe de su propuesta. La película del Syfy 2013.
Los valerosos espectadores que aguantaron hasta la sesión de madrugada no volverán a probar sushi en mucho tiempo. Dead Sushi plantea una historia en la que el citado alimento cobra vida y se dedica a comerse a la gente, convirtiendo a sus víctimas en zombies. Algo así solo podría por la misma persona detrás de films como The Machine Girl, Noboru Iguchi. Dead Sushi es de esas propuestas de no entender nada. Hay que dejarse llevar y aceptar las cosas como se nos presentan, sin preguntarnos nada. Carne de cine de barro a ratos muy divertida, a ratos insufrible.
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