Yermo Ediciones publica ‘El Tercer Testamento: Jvlivs 1’, un tomo que aúna los tres primeros volúmenes del regreso de la serie europea publicada en 2009 por Glenat. La serie se ambienta en el año 30 después de Cristo y arranca con la llegada de Julius Publius a Roma quién lleva consigo un preso cristiano, colectivo contra el que estaba llevando a cabo una fuerte campaña de persecución.
El fin de llevar a este preso es justificar la violencia contra esta creciente religión alegando que el colectivo prepara un incendio en Roma, pero cuando la hija de Julius se entera de esta trampa le delata y este es condenado a trabajos forzados en una mina de Judea. Allí al relacionarse con sus compañeros descubre que todos ellos están relacionados con estas nuevas creencias, consideradas sectas por Roma, y poco a poco va acercándose al cristianismo y aceptándolo. Sin embargo el punto clave de esta transformación es el hecho de que Julius coincide en la mina con el cristiano al que traicionó quién, casualmente, es líder de una corriente que persigue la búsqueda de un nuevo testamento con las últimas palabras, de la liberación definitiva del pueblo de Israel y, lo más importante, que parece ser un descendiente del propio Jesucristo.
Asesorado por el autor de la obra original (Xavier Dorinson), el guionista Alex Alice da vida a esta reinvención o precuela con un guión sólido y, a ratos, muy denso que explora con mucho realismo lo que debió ser la persecución católica ubicando a todos sus personajes en extensos espacios abiertos que nos recuerdan a los pasajes bíblicos más conocidos o a películas como Espartaco. Se ve que conoce muy bien el contexto histórico y pese a ser algo enrevesado, por tener varias tramas paralelas, la cercanía con la que narra permite que el lector asimile muy bien lo que se cuenta.
En el apartado gráfico tenemos, nada más y nada menos que, el trabajo de tres personas, además de un colorista. Los dibujos de Robin Recht (libro 1) y Thimothee Montaigne (libro 2) sobre el storyboard de Xavier Dorinson y es un trabajo excepcional e intachable. Pese a ser dos personas distintas saben establecer una continuidad visual y dar a la obra un estilo propio y definido, tanto los primeros planos con gran capacidad para expresiones humanas como las grandes viñetas panorámicas. El color de François LaPierre completa estas ilustraciones aportándole la luz, los tonos y las sombras necesarias para ambientar e introducir al lector plenamente en el año 30 a. C.
En definitiva, una obra interesante pero difícil El Tercer Testamento resultará interesante a todos los amantes de la historia antigua y de las religiones pues combina los elementos del mejor péplum con el misterio que va implícito en las religiones que han dado origen a toda clase de leyendas, conspiraciones y rumorología.
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