La pregunta del titular me la he ido planteando a medida que iba avanzando en el misterio que iba invadiendo a Bright Falls y como me iba arrastrando con él a los nuevos misterios que invadían el mundo de Alan Wake. También me la he planteado porque Remedy es una compañía que me ha ido acompañando a lo largo de toda mi vida como jugador de videojuegos. Los dos Max Payne, Alan Wake o Control son juegos que tengo grabados en mi memoria, más que nada porque no solo intentaban ser juegos divertidos y emocionantes para el jugador, sino porque intentaban transcender más allá de cuatro polígonos, sino que jugaban con elementos de narrativa transmedia que hacían de la experiencia algo único e inolvidable.
Y, sinceramente, creo que muchos subestiman o no tienen en gran consideración a Remedy porque no entran en sus propuestas meta narrativas, en sus propuestas diferentes y con narrativa algo confusa pero fascinante. Alan Wake 2 es la sublimación a todo lo que Remedy ha ido haciendo durante todos estos años, una sublimación que tuvo su inicio con Control, pero que ha sido perfeccionada en Alan Wake II. Y esta es la muestra para que ya se tenga en consideración a Remedy como un estudio que puede dar alegrías a todos aquellos que buscamos propuestas diferentes y absorbentes.
Mucho tiempo atrás se lleva buscando al sucesor de sagas como Resident Evil o Silent Hill, pero nunca ocurría que llegaba ese sucesor. Ya sea porque al final es muy difícil alcanzar a los dos grandes referentes del género o porque aquellos que lo intentaban fracasaban en alcanzar algunos de los básicos como puede ser la atmosfera, la ambientación o no saber trasmitir ese miedo de alguna manera. Alan Wake II es el mejor Silent Hill que hemos tenido en años. Con esto no quiero decir que el juego de Remedy calque a Silent Hill, o Resident Evil, sino que han sabido dotar al juego de lo que hacía grande a las dos sagas: Ambientación, atmósfera y generar terror al jugador. Puedo decir sin vergüenza alguna que ha habido capítulos donde he pasado terror de verdad, terror de soltar el mando, respirar y seguir jugando. Todo ello porque estaba tan dentro de la narrativa, de la historia, que los jumscare que propone el juego me pillaban de sorpresa y cerca he estado de perder el corazón.
Y todo eso gracias a como está escrito el juego y a las mecánicas que propone a lo largo de las veinticinco horas que dura el juego. Hablando primero de su historia, Remedy siempre se ha caracterizado de contar historias de corte paranormal y de ciencia ficción. Quizás Max Payne sea su obra más accesible. Pero Quantum Break, Alan Wake o Control son juegos donde nada es lo que parece y la ciencia ficción, el terror y el thriller copan todo el relato. En Alan Wake II directamente han querido contar una historia de terror puro y duro, con una narrativa que, en muchas ocasiones, parece sacada del mejor best seller el mundo. La forma en la que consigue engancharte como ese libro que compras y no puedes parar de leer es algo realmente increíble. Sam Lake y Clay Murphy han conseguido un guion que, como un buen libro, va poco a poco enganchando hasta el punto de no poder parar de jugar. Y, conseguir eso, creo que es lo más importante.
Como también es saber dotar a la obra de momentos realmente inspirados, como el episodio de “Cantamos” que pasa directamente a momento top del año. Y es que Remedy nunca se conforma con hacer un juego y plantear unas mecánicas sencillas, sino que les da la vuelta. Aquí las mecánicas más importantes son el uso de la luz para cambiar partes de la realidad y utilizar la escritura de Alan Wake para darle la vuelta a una situación. Con esto me refiero que la luz ya no solo sirve para enfrentarse a los monstruos, sino que ahora puede servir para cambiar de plano, de mundo y añadir ciertas cosas que antes no estaban para continuar. Así mismo, cuando manejamos a Alan Wake y estamos investigando, se abrirán una serie de elementos que podremos ir cambiando para hacer el camino accesible, descubrir secretos y seguir con la aventura. El resto de las mecánicas que ofrece el juego son las típicas de un survival horror, pero lo que han hecho con los cambios de mundo, de lugares y que todo se haga en tiempo real es una auténtica locura. Y todo esto con miles de sombras queriendo ir a por ti, enfrentarse a ti y sembrando un terror psicológico que hará que cada paso que des sea despacio, con la pistola en alto y la linterna apuntando en todas las direcciones.
No se le puede poner ningún pero a Alan Wake II. Tiene ritmo, tiene suspense, tiene terror y una de las mejores historias que nos han dado los videojuegos en los últimos años. Cada paso que damos es una sorpresa única y que nos dejará con la boca abierta. Es un juego donde todos los departamentos han ido a una, desde los actores, hasta los directores y escritores. Alan Wake II es el grial de Remedy y es la carta definitiva que nadie hace juegos así como ellos. Eso sí, una recomendación, jugad a Alan Wake y Control, pues es de los dos juegos que más bebe este Alan Wake II. El contendiente más fuerte a ser GOTY del año. Gracias, Remedy.
Analizada la versión de PlayStation 5.
Deja un comentario: