Deathmatch #1: Sin ataduras

Deathmatch
Paul Jenkins tomó un día la decisión de abandonar a las grandes editoriales… Y nosotros se lo agradecemos de corazón.

Deathmatch #1«Sé perfectamente que nunca habías matado«

Si uno se acerca a Deathmatch sin saber demasiado de cómics probablemente pase por alto el nombre de su autor: Paul Jenkins. ¿Qué tiene escritor británico de especial? Bueno, hagamos un pequeño repaso de su trayectoria. Tras su entrada en el mundo del cómic como editor de Las Tortugas Ninja, Jenkins logró en la segunda mitad de los 90 ponerse al mando de Hellblazer… Era británico y los británicos debían guionizar las aventuras de Constantine si DC llegaba a fijarse en ellos. Un tanto quemado por el encasillamiento, nuestro guionista fue reclutado por Marvel para deslumbrar al mundo con sus contribuciones a la historia de Peter Parker y con la creación del personaje del Vigía, que tanta importancia ha tenido en los Vengadores de las últimas dos décadas.

Sin embargo Marvel y DC, con todas las bondades que tienen, son demasiado grandes. Y como editoriales grandes temen arriesgar, sus crossovers invariablemente derivan en un retorno al statu quo anterior y la historia de cada personaje de sus universos depende en un grado demasiado grande de las historias del resto de personajes de cada casa. Salvo pequeños destellos de pura creatividad (Spiderman: Reino, 1985…), los guionistas se ven atrapados por la red de historias que conforman cada uno de los respectivos universos comiqueros, incapaces de matar, casar o simplemente hacer a sus personajes reñir sin pedir permiso antes a los mandamases.

Esto acabó por hincharle los coj%$*s a nuestro amigo Paul, que abandonó temporalmente el mundo de los cómics para dedicarse a prestar su genio a la industria del videojuego (¿os suena algo llamado God of War?). Más tarde volvería a caer en las garras de DC para hacerse cargo de -la quizás demasiado alternativa- Stormwatch y de la (ahora me entero) demasiado rígida Terrores Nocturnos de Batman. Sin embargo, poco duró esta nueva aventura con las grandes y el año pasado el autor anunció su fichaje por BOOM! Studios en exclusiva y poco después comenzaba a llegar a las estanterías de Estados Unidos el primer número del cómic que nos ocupa hoy. En él, héroes de lo más variopinto se parten la cara en una serie de batallas a muerte que no alcanzan a comprender. Qué héroes y por qué luchan son dos preguntas que nos permiten vislumbrar un cierto toque de mala leche y de ganas de desquitarse por parte de Jenkins que no están nada mal.

Deathmatch #1

«La arena nos está cambiando a todos«

No hay más que ver a Sable, sobre estas líneas, una justiciera sin poderes aparentes y «extraordinarias dotes detectivescas» cuyo mayor enemigo es Mr. Chuckles (risas sofocadas en inglés) para entender por dónde van los tiros de este cómic. Aparte de Batman y el Joker, también tenemos a versiones alternativas de Lobezno, Superman e incluso (detallazo) del Rorscharch de Alan Moore. Jenkins ha dado en Deathmatch rienda suelta a toda la creatividad que las grandes editoriales le impidieron desarrollar para vendernos una historia que va mucho más allá del simple enfrentamiento a lo Bola de Dragón entre distintos tipos superpoderosos.

Deathmatch gira en torno a un misterio que se va descubriendo muy poco a poco, con calma, como debería ser en los atropellados crossovers de las grandes. Hay peleas, claro, y éstas son todo lo espectaculares que cabría esperar de un cómic norteamericano, pero quedan en un honroso segundo plano tras la verdadera historia que oculta este cómic y que no es otra que la de unos héroes obligados a prescindir del halo de bondad en el que se arropan para tratar de proteger su propia vida… y quién sabe si algo mucho más grande además. Deathmatch, que podría pasar por un título menor a simple vista, se devora página a página y engancha de tal manera que un servidor llegó a sentirse verdaderamente frustrado al no poder seguir leyendo más allá de la última página.

Deathmatch

«Seáis quienes seáis, donde quiera que estéis… seréis los siguientes«

Jenkins se apoya en el excelente dibujo del brasileño Carlos Magno, junto al cual ha diseñado cada personaje con mimo y multitud de detalles que, si bien nos recuerdan a las ideas de base, los lanzan más allá del simple homenaje para dotarlos de su propio carácter e identidad. BOOM! Studios se ha caracterizado siempre por saber muy bien dónde apostar (prueba de ello fue el apabullante éxito de cómics como el del Pato Darkwing) y Deathmatch se yergue como una sana alternativa para todos los que a veces nos sentimos un tanto intoxicados por la rutina de los héroes de siempre.

Aleta nos trae este primer volumen por algo menos de 15 euros y acompañado de una extensa galería de portadas y un útil y muy simpático índice de personajes en el que más de uno y más de dos jugaremos al quién es quién.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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