Agosto

Agosto: Estelar reparto, desigual drama

El ganador del premio Pulitzer, Tracy Letts, adapta y reescribe su reconocida y premiada obra teatral Agosto. La película cuenta con un reparto de escándalo, encabezado por dos de las actrices más queridas del Hollywood actual, Meryl Streep y Julia Roberts. Ambas realizan un trabajo magnífico y con previsión a los próximos premios Oscar las dos se posicionan como claras candidatas. Meryl Streep, quien cuenta con el portentoso número de 17 nominaciones, ganando tres de ellos, vuelve a fascinarnos interpretando a Violet, una cruel y despiadada madre de avanzada edad adicta a los narcóticos. Pero la gran sorpresa resulta la olvidada actriz Julia Roberts, a quien todos recordamos por ser la sonrisa de América y haber realizado un sinfín de comedias románticas en los noventa y que realiza aquí una de las mejores interpretaciones de su carrera. A pesar de que las futuras nominaciones la limiten al apartado de actriz secundaria la realidad es bien diferente, ya que las dos son, a partes iguales, los cimientos que sostienen la película.

 

La historia transcurre en torno a la familia Weston, quienes se reunen de nuevo en la casa familiar tras la desaparición del padre (Sam Shepard) en extrañas circunstancias. A partir de esa premisa vamos descubriendo lo que se esconde bajo las paredes de la confortable casa. Grandes secretos y dramas sin resolver configuran este melodrama familiar tan particular. Las tres hijas del matrimonio se juntan tras años de silencio; Barbara (Julia Roberts), Ivy (Julianne Nicholson) y Karen (Juliette Lewis), resucitan conflictos, rencores y sentimientos ocultos durante este encuentro. Las tres, capitaneadas por la soberbia e imponente Meryl Streep, realizan una labor admirable, aunque acaben eclipsadas por la fuerza y la energía de la consagrada actriz. La película es de las mujeres, siendo las actuaciones femeninas las más logradas. Margo Martindale está formidable en su papel de hermana y tía, al igual que la joven Abigail Breslin, la que en su día fue la Pequeña Miss Sunshine, en el papel de hija de Roberts.

 

Agosto

 

A pesar de que las interpretaciones femeninas sobresalgan más, no debemos olvidar tampoco el fabuloso trabajo de Chris Cooper, que se coloca en el lado opuesto al las patronas déspotas de la familia, y de Benedict Cumberbatch, el carismático y entregado actor inglés demuestra una vez que su talento es prodigioso, en la piel de su hijo ingenuo y bobo. Sin embargo los consolidados actores Ewan McGregor y Dermot Mulroney parece que sólo se encuentren en el reparto para completar el estelar despliegue de caras conocidas de Hollywood. Con respecto a la historia los grandes momentos de tensión dramática se gestan durante la cena familiar. Congregados alrededor de la mesa, y a través de los comentarios hirientes de la madre de la casa, irán desatando ese infierno contenido y encubierto. Las miserias familiares van saliendo a la luz y las máscaras que cubrían sus diversos rostros van cayendo sin tregua. Tras esa magistral escena, concebida como el punto álgido de la composición, la cinta comienza a tambalearse a intervalos irregulares.

 

Y es que a pesar del esfuerzo y talento de los integrantes, no es el drama redondo y perfecto que se esperaba. El principal punto negativo es que mantiene demasiado su aire teatral y desmesurado. Los personajes se tornan por momentos exagerados y melodramáticos, simples caricaturas de la realidad que quieren representar. Ello resta verosimilitud y realismo al resto del conjunto. No sabemos si el problema radica en la dirección de John Wells, que no sabe bien cómo enfocar y apaciguar a tantos maestros de la interpretación, o en la adaptación que ha llevado a cabo Tracy Letts, al recortar la obra teatral a menos de la mitad de la duración original. Eso no quiere decir que la película sea un fracaso, sólo que tratada de otro modo podría haberse convertido en el arrebatador y magistral drama familiar que no termina de alcanzar, ya que la distinción entre teatro y cine resulta fallida. Sin embargo la ejemplar lección de cine que nos dan las estupendas Roberts y Streep difumina estos errores y nos entrega una entretenida y agridulce comedia dramática.

 

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