Boyhood: Las edades de Mason

Boyhood (Momentos de una vida)

Boyhood

Título Original: Boyhood

Director: Richard Linklater

Guión: Richard Linklater

Reparto: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Jordan Howard, Lorelei Linklater, Tamara Jolaine, Tyler Strother, Evie Thompson, Tess Allen, Megan Devine, Fernando Lara, Elijah Smith

Estados Unidos / 2014 / 167′

Productora: IFC Productions / Detour Filmproduction

Si se busca crecer en el diccionario, hay un significado que apela a lo exterior -tomar aumento natural- y otro al interior -tomar atrevimiento, autoridad o importancia-. Eso es el transcurso de la vida. Vida a secas. Sin artefactos, ni aditivos…

Si se busca crecer en el diccionario, hay un significado que apela a lo exterior -tomar aumento natural- y otro al interior -tomar atrevimiento, autoridad o importancia-. Eso es el transcurso de la vida. Vida a secas. Sin artefactos, ni aditivos. Y en Boyhood ésta fluye. No hay otro verbo que la defina mejor. La que se observa es la vida de Mason (Ellar Coltrane), de los cinco a los dieciocho años.

Richard Linklater revoluciona el séptimo arte con su último proyecto. Ay, que no es el último: éste lo comenzó en 2002. Poquito a poco recogía a los actores y al equipo técnico y grababa cada cierto tiempo una secuencia de la vida del chico. Y así hasta 2013 que finiquitó el rodaje. Un reto ambicioso y peligroso. Mientras, por supuesto, seguía con otros proyectos: rodaba el segundo y tercer capítulo de su ya venerada trilogía, hacía más filmes, y seguía confiando ciegamente en su quimera indie, que por fin ve la luz.

No era fácil encontrar los intérpretes, pero acertó. Tomó a Ethan Hawke para el papel de papá, un valor seguro y de confianza (es su actor fetiche). A Patricia Arquette para ser la mamá, perfecta como madre coraje. A su hija Lorelei le regalaba el rol de hermana mayor, y la niña ha cumplido con lo que papá Linklater pedía. El protagonista era el mayor riesgo, pero atinó. Ellar Coltrane destila la química con el público a borbotones, tanto que a veces parece que estamos viendo un documental.

Boyhood

Y casi, porque esto es la América media; Texas, concretamente -cuna del realizador y del propio Hawke-. Nada de Los Ángeles o Nueva York. Esto es una familia típica, como viven más de trescientos millones de ciudadanos. Los mismos que fueron testigos del 11-S, de las políticas de George W. Bush o del triunfo de Obama en su día a día, mientras escuchaban los hits de Britney Spears, Gnarls Barkley o Gotye y hacían uso de las últimas novedades tecnológicas del mercado y las nuevas modas. No son perfectos, porque la vida no es perfecta. Hay lloros, desilusiones, rupturas, pero también sorpresas, alegrías, descubrimientos, etc.

Ante tal costumbrista ambiente, el espectador mira la vida pasar ante sus ojos. Apenas se intuye la delgada línea que separa la ficción de la vida real. Richard aporta bocanadas de aire fresco con cada secuencia. Y no es fácil con casi tres horas de metraje, que pasan volando. El director no pone postales, sino retratos, o mejor dicho: son polaroids que se adhieren con un gran texto, que sin contar nada fuera de lo cotidiano, atrapa al espectador y los actores lo hacen suyos. No tiene voz en off, pero casi se nota.

Dadas las elipsis entre las grabaciones, es normal que la película se haya entretejido con los acontecimientos que hayan surgido por el camino. Boyhood es una obra que emociona en mayor o menor grado, pero ante todo es histórica. Normal que se haya elogiado en todos los festivales por los que se ha paseado, tachada como obra divina y tildando a su autor como santo con súper poderes.

Un trabajo donde no hay pretensión ni moralinas de ningún tipo. Muestra lo que hay, lo que somos o lo que fuimos. Es emotiva inintencionadamente para todos. Los padres se identificarán con los del chaval, los treintañeros recordarán sus momentos en su infancia y adolescencia, y los más jóvenes se verán reflejados en ella. Porque nos guste o no, el tiempo pasa, y como bien le dice Hawke a su hijo ficticio antes de ir a la universidad, hay que mirar hacia adelante. Sencillo y claro. Así que no nos quedemos viendo nuestra vida pasar: transcurramos con ella.

Acerca de María Aller

Avatar de María Aller

Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados