En tierra de sangre y miel

En tierra de sangre y miel: Bosnia le viene grande a Angelina Jolie

Angelina Jolie se ha caracterizado siempre por ser una mujer comprometida y sensibilizada ante las causas humanitarias. Por ello la noticia de que iba a debutar tras las cámaras en los Balcanes con una historia sobre la guerra de Bosnia no sorprendió demasiado. Pero sí despertó el interés por ver que podría ofrecer en esta nueva faceta de cineasta. En tierra de sangre y miel es el resultado de esta primera incursión de la ahora directora y guionista. Demasiada expectación para tan poca cosa.

 

El intento es loable, como ocurre con todos los directores noveles que se arriesgan en su ópera prima. Aborda un tema espinoso, rodada en el mismo escenario del conflicto, con actores locales y desconocidos para el gran público, en lengua vernácula y escrita por ella misma. Una empresa que le ha venido muy grande. En fondo y en forma.

 

En tierra de sangre y miel

 

El principal problema de En tierra de sangre y miel es la falta de emoción de la propuesta y de los personajes. Jolie quiere mostrar la crudeza de la guerra pero ella misma no sé cree lo que está rodando, todo es demasiado artificial, teatral. El escaso presupuesto (unos diez millones) se nota por todas partes. Visualmente la propuesta de la directora no convence. Como tampoco lo hacen unas actuaciones frías, que no transmiten el drama que se les presupone. Ni Zana Marjanovic ni Goran Kostic se sienten cómodos en sus papeles. La dirección de actores brilla por su ausencia.

 

Por si fuera poco y aunque no es cuestión de hacer leña del árbol caído, la cinta juega en el peligroso terreno del maniqueísmo. Si uno decide abordar un tema (cualquier tema) con crudeza, honestidad y sin edulcorar, tiene que conocer dicho tema para comprobar que entre el blanco y el negro hay grises. Aunque después se quede en uno de los extremos, sabiendo cuáles son las tonalidades intermedias estas se pueden sortear sin caer en el estereotipo o el panfleto. Esa investigación en la película o no se ha llevado a cabo o no se ha hecho de forma diligente. ¿El resultado? Bosnios buenos, serbios malos. No hay más.

 

En tierra de sangre y miel

 

Tampoco ayuda el recrearse en la brutalidad y la violencia explícita. Menos aún cuando encima no resulta creíble en su planificación ni en su puesta en escena. Vemos pasar delante de la pantalla asesinatos, palizas e incluso violaciones (no se me malinterprete) con desgana. Incluso parece colarse algún muñeco por ahí y el vestuario de la protagonista está en las mismas condiciones (muy buenas) a pesar de malvivir durante buena parte del metraje en un campo de prisioneros. La dirección / producción es muy descuidada.

 

A Angelina esta primera experiencia le ha venido grande. Siendo honestos, en manos de otro cineasta esta película (tal como ha sido concebida) no habría llegado a estrenarse y no habría pasado por festivales como Berlín. Cierto es, que de haber sido obra de otra persona, tampoco habríamos oído hablar de ella y no habríamos tenido la oportunidad de verla.

 

No hay reflexión ni intención. No hay emoción. Hay intenciones (siempre las hay), pero se quedan en nada.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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