Filth, el sucio: James McAvoy pasado de vueltas

Hay una escena casi al principio de la película que deja entrever que es lo que se va a poder ver en Filth, el sucio. Esa escena tiene a James McAvoy mirando a un niño mientras este le hace un gesto con el dedo corazón. Después, McAvoy coge el globo que tiene el niño y lo suelta, tras eso, le enseña los dedos corazón de sus manos. Después de ver esta escena uno ya se enfrenta a que la cinta no sea ni nada menos seria, y tampoco lo pretendía. Filth, el sucio es una película gamberra, sucia y que a más de uno puede llegarle a parecer desagradable. También hay que recordar que la película es una adaptación del escritor de Trainspotting, Irvine Welsh.

Similar aquella gran película de Danny Boyle, Filth también presenta un personaje como es Bruce que puede contener todo lo que tenían los de Trainspotting. Bruce es un hombre adicto a la droga y al sexo, algo que hace que su trabajo no sea del todo lo bueno que él cree que puede. Además, su mujer lo ha dejado seguramente por estas causas y porque no consigue un ascenso que se lleva mereciendo desde hace ya bastante tiempo. Pero todo puede cambiar al presentarse un caso de asesinato que necesitará la mejor versión del detective. Pero claro, sus instintos de sexo y drogas harán que sus planes no salgan.

Imogen Poots y James McAvoy en Filth

Filth empieza de una manera rápida, con presentación de personajes y situaciones incluidas. Pero que se va estancando a medida que sigue avanzando haciendo que la cinta en muchas ocasiones peque de lenta, aunque lo que estemos viendo nos pueda entretener. Es una película que vive mejor en los momentos de locura de su protagonista que cuando intenta ponerse seria en algún momento, como contando el drama familiar del protagonista, hay es donde pierde un poco.

Pero la ventaja de Filth es que cuenta con un James McAvoy en estado de gracia. El actor demuestra que no sólo es capaz de interpretar personajes de acción o a míticos profesores de cómic, es también un hombre que sabe adaptarse a cualquier registro. Y aquí el registro es ser un loco policía guarro y maleducado. Además, en un giro de guión casi al final de la cinta, os dejará con la boca abierta.

Filth, el sucio tiene algunos momentos de lucidez en la mayoría de su metraje, pero también tiene momentos que sobran. Como escenas de cama que no tienen mucho interés o personajes que van y vienen sin darnos cuenta. Estos momentos son los que hacen que no estemos ante un película un poco más redonda. Además, las obscenidades que se ven en ella cada dos por tres hará que más de uno no quiera seguir viéndola o se arrepienta de la decisión. Pero aún así, hay que darle una oportunidad a la cinta, la cual cumple la gran promesa del cine, que no es otra cosa que entretener.

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Acerca de Christian Leal

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Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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