Las dos caras de enero
Título Original: The Two Faces of January
Director: Hossein Amini
Guión: Hossein Amini, basado en la novela de Patricia Highsmith
Reparto: Viggo Mortensen, Kirsten Dunst, Oscar Isaac
Reino Unido / 2014 / 96′
Productora: Timnick Films / InC Productions / StudioCanal
El embuste ha sido el tema preferido de Patricia Highsmith en su literatura, tan llevada al celuloide en varias ocasiones. La misantropía que plasmó en sus libros, y que dicen que también la caracterizaba también se palpa en las adaptaciones cinematográficas, esas con personajes exquisitos y tramas…
El embuste ha sido el tema preferido de Patricia Highsmith en su literatura, tan llevada al celuloide en varias ocasiones. La misantropía que plasmó en sus libros, y que dicen que también la caracterizaba, se palpa en las adaptaciones cinematográficas, esas con personajes exquisitos y tramas suculentas. Las dos caras de enero no es ninguna excepción.
Porque los tres protagonistas, como bien señala el título, poseen dos personalidades, una snob y/o más correcta que proyectan hacia los demás, y la que el metraje destapa, mucho más turbia y que descubre sus verdaderas intenciones. Y así de interesados se muestran Viggo Mortensen, Kirsten Dunst y un no tan popular Oscar Isaac en sacar los dos yos de sus respectivos roles. Con la luz del Mediterráneo sale fuera la faceta negativa de ellos, como si tal claridad fuera capaz de sacar la verdad. Entre esas ruinas se asomarán sus miserias (bonito símil el que se hace con la localización).
Hossein Amini transforma en guion la novela de la escritora estadounidense y pone rostros a los personajes en este thriller donde no hay salida para ellos. El que fuera guionista de Windin Refn en Drive explora las psiques estafadoras de Rydal (Isaac), un americano asentado en Grecia que se gana la vida con fraudes a turistas, que ve en el matrimonio de Chester (Mortensen) y Colette (Dunst) nuevas víctimas. Pero cual no será su sorpresa que su interés por la pareja –atraído por el status de él y la belleza de ella– le llevará por otros derroteros. Chester es un dandy que guarda una vertiente más siniestra que Rydal pensaba. Su altiva esposa tampoco es un ángel. Una noche con ellos y sus destinos troquelarán. En la huida por el país heleno los cobijos disminuyen, circunstancia que la cámara recoge de forma desesperante: el calor, la ubicación arcaica y la justicia pisándoles los talones.
No sólo por la autora este trabajo bebe de El talento de Mr. Ripley; Max Minghella, hijo del desaparecido Anthony, es productor. Además la dirección artística rememora al filme que en 1999 protagonizó Matt Damon. Los tonos beige y vainillas se apoderan de los planos, desde la sofisticada vestimenta de Mortensen y Dunst hasta las emblemáticas localizaciones, y siempre mezclándose con la gama cromática de azules (que se note que están a orillas del mar Mediterráneo).
En las visitas al viejo continente que los americanos realizan en el celuloide ganan en sofisticación, la brisa europea les sienta de maravilla. Y la dirección de fotografía lo exhibe a la perfección, con elegancia, aunque la belleza de Atenas lo hace fácil: da igual que estén de paseo por el Partenón, o huyendo de un aeropuerto –¡qué magnífico plano secuencia!–, o en plena persecución.
La batuta de Alberto Iglesias salda una cuidada y hermosa dirección artística, que remata el estilo y provoca que la novela gane un plus.
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