Sólo los amantes sobreviven
Título Original: Only Lovers Left Alive
Director: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarmusch
Reparto: Tilda Swinton, Tom Hiddleston, Mia Wasikowska, John Hurt, Anton Yelchin, Slimane Dazi
Reino Unido / 2014 / 123′
Productora: Recorded Picture Company (RPC) / Pandora Filmproduktion / Snow Wolf Produktion
Los argumentos vampíricos son un subgénero dentro del celuloide. Y por supuesto, hay vida más allá de Crepúsculo, más allá de los crucifijos, de historias épicas firmadas por Coppola, de castillos inhóspitos, de protagonistas guaperas a la par que pálidos, etc. Hay más…
Los argumentos vampíricos son un subgénero dentro del celuloide. Y por supuesto, hay vida más allá de Crepúsculo, más allá de los crucifijos, de historias épicas firmadas por Coppola, de castillos inhóspitos, de protagonistas guaperas a la par que pálidos, etc. Hay más maneras de plasmar a estas pesarosas criaturas.
Jim Jarmusch ha optado por el halo romántico y underground, personificando con la pareja protagonista el amor y la melancolía, y dando una cierta categoría culta a ambos. Porque en Only lovers left alive los vampiros tocan en bandas, leen,… Son dos seres con mucho trasfondo; no es para menos, llevan vivos unos cuantos siglos, y la visión por la que se opta en el filme es mostrar la cara desganada de los dos.
Eve y Adam (denominados cual si fueran los dos primeros seres sobre la faz de la tierra) son una pareja cultivada, con un aire alternativo que saben llevar con sofisticación. Puede que eso explique por qué son tan sibaritas, dada una vida llena de excesos siendo testigos de los avances. No obstante se les ve cansados, parece que la eternidad sacia a cualquiera. Cuando se ha visto de todo, se ha leído de todo, hasta conocido a los grandes de la humanidad (Vaya estafador era el bueno de Shakespeare) uno queda exhausto, y ni siquiera beber sangre en refinada cristalería cautiva. Estos cronistas de la historia han vivido con los outsiders, entre los artistas, un gremio -como siempre se ha dicho- tan incomprendido, casi tanto como los vampiros.
Tilda Swinton y Tom Hiddleston forjan a estos enamorados. Ella tan nívea de cabeza a los pies, intentando ver el lado positivo. Él en cambio se muestra más taciturno. Perfectos en sus roles de inmortales, expresan un ying y yang asombroso, el uno en Detroit, la otra en Tánger, dos realidades que chocan en este derruido universo. El punto díscolo lo entona la jovial Mia Wasikowska como hermana pequeña de Eve, una chupasangre consentida. Mientras que John Hurt recrea al poeta Marlowe, amigo de la pareja e incondicional de la hemoglobina también, bastante ajado por la perennidad, pero estoico en sus ideales.
Tales vampiros detallan el reflejo de la sociedad a la que Jarmush pega un toque de atención: cansada de sí misma, casi supeditada a un sistema al que se tiene que sujetar si se quiere sobrevivir aunque les repugne. ¿Cuál es la crítica hacia los humanos? Que las personas se han convertido en zombis, que no han aprendido nada tras sufrir miserias; la trama va de estos dos amantes reencontrados, de los que fluyen reflexiones sobre los que habitan en la luz, mientras ellos se cobijan a oscuras amparándose en el arte para sobrellevar su infinita existencia.
El ritmo camina lento, como los pasos de estos rockeros rodeados de vinilos, drogas, libros, y más atrezzo propio de un primer mundo decrépito (Detroit para ser exactos). La banda sonora redondea la dirección artística de la película; su estética devuelve el aroma gótico que las historias vampíricas habían perdido últimamente. Será por la temática, pero es imposible no ver atisbos de Entrevista con el vampiro: además del halo romántico y decadente, o la iluminación tenue, el personaje de Wasikowska secunda la similitud.
El desaliento de los personajes se pega al ritmo de la cinta, y provoca que ciertas partes sean más difíciles de transitar, pues el transcurso decelera en varias secuencias con planos largos y sobrecargados. Por eso, el público le hincará el diente de diversas maneras; no es apta para todos los mortales.
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