Como musa del cine indie Julie Delpy ya enseñó todas sus cartas hace tiempo. Como directora, también. No es de extrañar entonces que repita experiencias para resguardarse en lugares en los que se siente cómoda, lugares en los que -honestamente- todos deseamos verlas. Así, al próximo estreno de Before Midnight (éxito en Berlín), se suma Dos días en Nueva York, film que dirige y en que escribe (junto a la también protagonista Alexia Landeau), produce, compone y actúa.
En esta secuela de Dos días en París, la francesa todoterreno vuelve a asumir el rol de Marion, que lleva una nueva vida en la Gran Manzana con su -también nuevo- novio Mingus (Chris Rock). La cinta aborda las relaciones de pareja, los conflictos culturales, la familia… así como temas mas existencialistas dignos del mismísimo Woody Allen como el debate sobre la existencia o no del alma. Muchos frentes abiertos de los que solo puede dar pinceladas de forma irregular.
La sombra de Allen y el sentido del humor neurótico que tanto gusta a las élites europeas está muy presente. Se sobrelleva bien, eso sí, gracias a la presunta modestia que destila la propuesta. Dos días en Nueva York, como su original, es una película pequeñita, hecha con cariño y sin mayores pretensiones. O eso quiere aparentar. Sea como fuere, convence. Sin grandes alardes, con un reparto comprometido y explotando situaciones cotidianas la película nos lleva de la mano hasta un agradable desenlace que nos invita a salir de la sala con una sonrisa.
Deja un comentario: