Valhalla Rising

Valhalla Rising: En los confines de la Tierra

 

Año 1000. Un esclavo nórdico, mudo y tuerto, obligado a luchar en peleas a muerte, consigue la libertad y se embarca con un grupo formado por cruzados cristianos y vikingos convertidos en busca de la Tierra Santa, junto al niño que fue su carcelero.

 

Octavo film como director de Nicolas Winding Refn (Bleeder, Bronson o la excelente trilogía Pusher) más conocido en los últimos tiempos por dirigir Drive en el 2011, película que deslumbró a muchos pese a su manido y facilón argumento. En esta ocasión pone al frente del reparto a su actor habitual, Mads Mikkelsen (Casino Royale, Furia de Titanes, Coco Chanel & Igor Stravinsky), como One Eye, un buen personaje en una referencia a Odín, que en la mitología nórdica dio un ojo a cambio de sabiduría y poder ver el futuro. Un antihéroe mudo y tuerto que sólo se deja tocar por su carcelero, un niño, y que día a día vive un infierno tras otro y del que se cuenta, fue precisamente traído del infierno, al otro lado del océano.

 

 

Valhalla Rising

 

 

Una de las virtudes de Valhalla Rising es que no es épica ni comercial como algún tráiler lleva a equívoco. Quien busque eso, se dará de morros contra un muro. Su cruda historia, un abstracto viaje interior y exterior en busca de la redención en medio de la fatalidad del destino, del sacrificio, de la dualidad del hombre, del lugar que ocupamos en el mundo… es pausada por momentos, de poco diálogo y mucho silencio, repleta de simbolismos en ocasiones ambiguos, condimentada con una pizca de ritos y leyendas, y salpicada de instantes brutales que sólo el género humano es capaz de perpetrar. No concederá lo que se espera que ocurra en la mayor parte de sus momentos, y eso la beneficia. De esa manera, los guionistas, el propio director junto al casi novel Roy Jacobsen, firman un relato dividido en seis capítulos, de reflexión sobre la naturaleza y el ser humano, con el auge del cristianismo y el ocaso de los pueblos bárbaros como telón de fondo, donde lo más salvaje, rudimentario e instintivo, puede resultar a la postre más puro que el avance de la civilización, siempre violento, belicoso y profano con el entorno.

 

Un punto fuerte y muy cuidado, es la fotografía que arropa meritoriamente el importante simbolismo (la transición por la niebla, la corrupción del ser humano, el ascenso hacia el Valhalla… etc) con bellas, luminosas, atroces o sucias imágenes, espléndidas todas en su naturaleza. Geniales usos de claroscuros y de siluetas recortadas en paisajes tan bellos como peligrosos, ponen la guinda a las diferentes situaciones. En gran contraste con lo anterior, está la tonalidad roja elegida para presentar los destellos de lo que está por venir que vislumbra el protagonista, aunándose al aura de misticismo que se respira. Así como una suciedad usada en algunos pasajes que crea una sensación de soledad, malestar y constante amenaza, técnica usada por ejemplo en la interesante Sauna (2008) de Antti-Jussi Annila. En resumen, un gran trabajo de Morten Søborg (w Delta z, Atrapados en Chernobyl), que ha colaborado en la mayoría de films de Refn, convirtiendo en esta ocasión a Escocia —donde la cinta fue rodada por entero— en otro personaje principal.

 

 

Valhalla Rising

 

 

El reparto, cuyos personajes carecen de nombre más allá del mote del protagonista, está bien elegido y cumple correctamente, pese a que muchos serán desconocidos para la mayoría del gran público. A parte de Mikkelsen, que vuelve a demostrar ser un gran actor muy a tener en cuenta, destaca el niño, Maarten Stevenson, cuyas expresiones casan a la perfección con los momentos que vive expresando la inocencia perdida en un mundo cruel, y lleva muy bien el peso de ser la voz de One Eye. A su padre real, Gary Lewis (Gangs of New York, Billy Elliot, Eragon) le sienta muy bien ser el sacerdote de la expedición cuyas creencias se pondrán en juego en contra de lo que la consciencia le dicta, y Ewan Stewart (Titanic, Rob Roy, Young Adam), encaja como el líder obcecado dispuesto a llevar tanto su deber como sus creencias religiosas al límite.

 

Peter Peter y Peter Kyed, colaboradores en otros films del director, se encargan de la complicada y responsable tarea de acompañar a la apabullante fotografía con su música, saliendo airosos con melodías sencillas a la par que se atreven a añadir guitarreos eléctricos en alguno de los puntos álgidos de la historia, componiendo una banda sonora que hará las delicias de los aficionados al tipo ambiental mezclado con ritmos más contundentes.

 

 

Valhalla Rising

 

 

Recapitulando, una película que puede ser una maravilla visual y argumental para algunos, pero muy complicada de visionar y lenta para otros, cual dualidad del ser humano fuera, pero en cualquiera de sus vertientes, merecedora de una oportunidad. Quizás estemos frente a ese tipo de propuesta que es mejor degustar en soledad para disfrutar de sus sensaciones y significados.

 

Como curiosidades, la segunda hija de Nicolas Winding Refn nació durante la creación de la película, la cual se pensó en un principio como una versión vikinga de las Pusher del director, pero por suerte, viendo el resultado, evolucionó a algo distinto.

 

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