¡Atraco!

¡Atraco!: Entre Berlanga y los Coen

En ¡Atraco! Eduard Cortés apuesta por una comedia ambientada en el Madrid de los años 50, con el robo de las joyas de Eva Perón como mcguffin y con una importante deuda hacia el cine de los hermanos Coen y de Berlanga.

 

A partir de una historia que le presentó Pedro Costa, el director ha construido una cinta que si bien se presenta como una comedia, deja un regusto amargo, de drama y de crítica. Se mueve por varios géneros de a mano de sus protagonistas, unos perdedores que actúan según van produciéndose los acontecimientos; no tienen control ninguno sobre la situación aunque ellos crean lo contrario. Es en este sentido en el que se encuentra la relación con la obra de los Coen, en la configuración de sus personajes. Son tipos con vidas anodinas, que transitan entre la ingenuidad y el creerse conocedores de todo y con los que –a pesar de puedan cometer actos reprobables– empatizamos enseguida, debido a que en muchas ocasiones hacen lo que hacen condicionados por un entorno dramático que los empuja a ello. Y todo con un punto de vista muy humorístico. Sin esa actitud jocosa del discurso, la vida de dichos personajes y la película en sí serían una auténtica tragedia. En la superficie y el fondo.

 

Eso no quita que, como en El Verdugo –por enlazar con Berlanga y aprovechando uno de los referentes que siempre apunta Cortés al hablar de ¡Atraco!–, detrás de esa comicidad haya una tragedia. Quizás el vuelco de género en esta obra sea eso, un vuelco, demasiado brusco que puede descolocar a parte del público. Un giro que, por un lado, exige la historia por los temas que aborda en algunas de sus tramas (no hay que olvidar que está emplazada en plena dictadura), pero que, por otro, podría haber sido suavizado para que entrara mejor. La figura de Miguel (Nicolás Cabré) juega un papel importante a este respecto, pues es quien personifica esa comedia; es un personaje anclado en dicho género y no muta tan bien como sus compañeros (con un sesgo más neutro) hacia los caminos que va apuntando la película.

 

¡Atraco!

 

Tal como hiciera en The Pelayos, Eduard Cortés vuelve a poner su foco en hombres –aquí solo hay hombres, Amaia juega un rol muy secundario– que atentan contra una u otra forma de autoridad. En aquella hablaba de una familia que puso en jaque a los casinos y en esta se relata el robo de una joyería –al menos en una lectura superficial–. Pero, lo relevante de ¡Atraco! es que, al tiempo que se incordia a esa autoridad (en este caso la policía y Carmen Polo), se pone en evidencia la lealtad hacia el poder y como ese poder utiliza su posición en beneficio propio sin importarle las consecuencias, ¿para qué? a ellos no les afecta. Siempre pringan los mismos. En los años 50 y ahora.

 

Esto lo vemos en la trama principal, la que agrupa a los argentinos, y en la de la investigación policial que mueve Óscar Jaenada. Siempre hay alguien que da las órdenes y la lealtad obliga a ejecutar sin preguntar.

 

Y sería imperdonable cerrar este y cualquier comentario acerca de ¡Atraco! sin mencionar el soberbio trabajo de Guillermo Francella. El actor bonaerense tiene una poderosa mirada que explota alzándose como gran activo de la película. Le ayuda, las cosas como son, el cuidado que le da Eduard Cortés a sus personajes secundarios, otorgándoles el desarrollo necesario para que no sean simples comparsas ni simples instrumentos que hagan avanzar la trama –en casi todos los casos–, sino que tengan su propia entidad. Ejemplos son los de Daniel Fanego, cabecilla de los argentinos, y Óscar Jaenada, inspector encargado de resolver el caso. Además de servir a la trama principal, ambos tienen su propia historia. Lástima que –y aquí el porqué de «en casi todos los casos»– el rol de Amaia Salamanca. Víctima colateral de los acontecimientos que se narran y sin mayor función que la de servir como interés amoroso.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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