Divertida premisa llena de rostros de moda cuyo resultado final es un flojo entretenimiento. No lo llames amor, llámalo X es la última propuesta de los creadores de productos de éxito como Fuera de Carta o Que se mueran los feos. Oriol Capel, debuta como director tras una larga experiencia en el medio televisivo como guionista para series como 7 Vidas y su spin-off Aída. De hecho la película parece una continuación de estas comedias de situación.
Pepe Fons (Mariano Peña) es un director de cine porno olvidado. Tras sufrir el descalabro de la crítica, llega a la conclusión de que todavía no ha realizado su verdadera obra maestra.
Decidido a dar el paso más importante de su vida, adapta al género pornográfico el guión El Alzamiento Nacional escrito por su sobrino Lino (Julián López) y ambientado en la guerra civil española donde los dos bandos dejan los enfrentamientos para sucumbir a la pasión.
Convence a su equipo técnico, encabezado por el director de fotografía Joserra (Julián Gutiérrez) y reúne a todos sus antiguos colaboradores (Paco León, Kira Miró) y nuevas promesas (Ana Polvorosa) para rodar su obra maestra.
El planteamiento de la trama está bastante conseguido ya que establece el terreno de una pieza cómica (y muy loca). Durante las primeras secuencias que conforman la reunión del equipo se suceden alusiones a la hilarante Bowfinger, el pícaro (dirigida por Franz Oz). Así mismo cuando comienza la grabación de la película en sí, se suceden unas cuantas parodias muy divertidas. Pero pronto llegan elementos melodramáticos y todo toque de humor pasa relegado a un segundo plano. El inicio del tercer y último acto comienza con una novedad algo forzada que afecta a uno de los personajes principales y confunde la actitud de la película. Ya no estamos ante un divertimento desenfadado sino ante algo mucho más serio y no funciona bien a estas alturas del metraje. La película acaba confusa, pues no deja claro cuáles son sus verdaderas intenciones con el espectador, no sabemos si estamos ante una comedia o un drama puro.
La película intercala un estilo documental donde los protagonistas relatan su visión sobre el mundo de la pornografía y por qué se embaucaron en este proyecto (en la ficción está grabado en el futuro). Es una manera original dentro del cine español, pero se antoja aburrida para el espectador por el abuso que se ha dado a este formato en series televisivas (The Office) y en la gran pantalla (Zelig).
A destacar su excelente reparto lleno de caras conocidas de series televisivas de éxito y actualidad. La interpretación de Mariano Peña como personaje principal de esta película coral resulta muy humana a pesar de lo descabellado que es su personaje.
Una comedia situada en la industria del porno es un comienzo muy original y en consecuencia, está llena de posibilidades. Debe exigir buenas dosis de divertidas ocurrencias dentro del guión para consolidar un producto ameno. Sin embargo, los creadores de No lo llames amor, llámalo X apenas arriesgan en toques disparatados para dar protagonismo a las tres extrañas historias de amor que suceden durante la grabación de la porno. Al contrario de lo que sucede en este género, aquí al final se casan.
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