En el terreno de las sitcom una de las últimas sensaciones en TV es New Girl, y en el tebeo, Mordiscos. José Fonollosa nos presenta (con su personal sentido del humor) a una familia muy particular en la que conviven tres generaciones… de vampiros. Y junto a ellos un montón de secundarios a cada cual más pintoresco.
Así, encontramos al abuelo (una suerte de Nosferatu senil y presa de sus instintos), al padre (que sigue la moda clásica de Christopher Lee o Bela Lugosi), la madre (¡santa mujer!, una sufrida humana a la que parece que quieren matar a disgustos), un tío fantasma y el hijo, un vampiro que ha de vigilar que su abuelo no se meta en líos y lidiar con el día a día del instituto.
El autor sigue con la fórmula de cómics como Los muertos revivientes o Los Vengatas (ambos con serie en curso) y tomando como base la Saga Crepúsculo construye el universo de Mordiscos. Aunque aquí ni Edwind ni su familia brillan al Sol y Sarah y Jacobo (no hay que ser muy listo para saber quienes son), difieren también un tanto de sus inspiraciones fílmicas.
En Mordiscos no encontraremos ni terror ni romances, sino la comedia más alocada e imprevisible, que juega por lo general muy bien con los tópicos y que está cargada de humor negro; aunque con algunos personajes algo desiguales. Me explico. Igual que el abuelo Cosmeratu y sus peripecias levantan enormes carcajadas, la carrera de cazavampiros de Fermín es un poco vacua, no termina de explotar sus posibilidades y queda relegado a un plano muy accesorio. Aún así, casos como el de Fermín son los menos.
Este tebeo, que sale ahora a la venta, nació, sin embargo, como una tira online de publicación semanal. De ahí su estructura de sitcom. No hay un gran argumento que envuelva a todos los personajes, lo que se nos cuentan son pequeñas anécdotas del día a día de esta familia, sus relaciones y problemas cotidianos.
Mordiscos es una lectura muy ligera, ideal para desconectar de un duro día de clase o de trabajo. El humor es el mejor de los «des-estresantes» y el cómic de Fonollosa garantiza una buena dosis.
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