«¿Crees que somos fuertes?«

En Overlord cada vez importa menos su protagonista. El manga que publica ECC llega ahora a su octavo tomo y cierra la trama de los Hombres Lagarto con un final que, pese a ser un tanto predecible, ha sabido jugar con nuestras expectativas. Acto seguido, y sin un sólo capítulo que nos permita relajarnos en la cómica vida dentro de la mazmorra que controla Lord Ainz Gown, aterrizamos en un nuevo arco argumental que nos lleva a uno de los países de humanos y que da la impresión de ir a tratar temas bastante más enrevesados que la tierna historia de amor entre Crusch Lulu y Zaryusu Shasha.

Esta rápida transición tiene el problema de desconcertar un tanto al lector, al que le puede costar asimilar la importancia de lo que ha ocurrido entre Cocytus y las tribus del pantano, ahora sometidas al poder de la infame mazmorra que controla el protagonista de nuestra historia. Pero sirve para remarcar, una vez más, que lo importante (hasta que se nos diga lo contrario) de esta historia no son las cosas que le pasan al único humano que se quedó atrapado en el videojuego en red al que vivía enganchado. No, lo que de verdad importa es el rico universo en el que él ha aterrizado y que ahora, liberado de las garras del control digital, comienza a funcionar de forma autónoma.

«Sin embargo, percibí en ellos el brillo del guerrero«

Se podría decir que Overlord es un homenaje a los NPC (Non Playable Characters o Personajes No Jugadores [PNJ en nuestro país]). Esta clase de constructos han pasado a lo largo de los años de ser muñecos de una sola frase que pasean por una cuadrícula en las calles de cualquiera de las ciudades de un Final Fantasy a fuente de nuevas aventuras y parte integral de la trama, con una Inteligencia Artificial desarrollada, de decenas de los grandes videojuegos de hoy en día. El esfuerzo que se hace en Overlord por desarrollarlos les hace justicia y enriquece el universo de este manga, que, como ya he dicho, llega a funcionar de forma autónoma a lo que les ocurra a los personajes principales.

Overlord #8

En este sentido, la nueva trama parece jugar a un nivel nuevo y más arriesgado que la anterior. Mientras que la saga de los Hombres Lagarto tenía una clarísima relación con la vida en la mazmorra, la nueva saga no parece, de momento, guardar más relación que la de que alguno de sus personajes ya se ha cruzado con nuestro todopoderoso amigo. Lo que nos da tiempo a leer en este cómic no es más que una breve (aunque exageradamente alargada) introducción a todo lo que está por suceder, pero ya nos deja claro que vamos a presenciar intrigas palaciegas al más puro estilo de Juego de Tronos y agrias reflexiones sobre el destino y sobre la débil condición humana. Al final es muy probable que nuestro Caballero Oscuro termine haciendo acto de presencia, pero, por el momento, dejemos que los NPC de esta historia se diviertan en una obra que ha sido creada para dotarles de las alas que nunca tuvieron.