Ulna en su torreta

Ulna en su torreta #1-4: Mala ejecución

Ulna en su torretaUlna en su torreta es de esas lecturas que atraen la atención desde el primer momento gracias a una interesante premisa y un «original» punto de vista, pero que según avanza la lectura va perdiendo ese atractivo aura al revelar sus carencias. La apuesta a ECC Ediciones le ha salido rana esta vez.

 

La obra de Izu Toru se nos presenta como un drama bélico de ciencia ficción, ahí es nada. Conocemos a Ulna, una joven recluta destinada a proteger un inhóspito islote de una nación enemiga. En términos generales la ciencia ficción la aporta la naturaleza del enemigo y algunos de los dispositivos con los que cuenta la protagonista y su unidad. El componente bélico viene dado por el escenario, el frente de batalla. Izu Toru sitúa la acción en primera línea, aisla a sus personajes en ella y procura no dar más información de la necesaria acerca de lo que sucede en la retaguardia y en la escena política de la guerra. El drama, como es de esperar, lo ponen los personajes, que han de aprender a sobrevivir en un ambiente hostil, así como lidiar con sus dudas, temores y recuerdos del pasado.

 

Este tercer aspecto, el dramático, es el que lleva la nota dominante en el relato. Ulna en su torreta, a pesar de la parafernalia estética con la que vista el conflicto o las secuencias de acción que van salpicando la narración, carga todo su peso en Ulna y su unidad y en cómo viven todas ellas esta situación de excepcionalidad: sin apenas armamento, víveres, aisladas del mundo, con la amenaza constante del enemigo… La nota de «color» la pone la cuestión de género. A priori, que el reparto sea eminentemente femenino le aporta un carácter diferencial, pero tanto en el cine (con películas como Regreso al infierno [2006], Return [2011] o personajes como Ariadna Gil en Zona Hostil [2017]) como en el cómic (sirvan los ejemplos de Las damas de la peste [2015] o Battlefields: Las brujas de la noche [2015]) demuestran que ese enfoque no es tan novedoso como pudiera parecer (aunque no por ello menos interesante, ojo).

 

Dejando el envoltorio de género al margen, lo que nos encontramos es una historia crítica con la guerra, con el dolor que provoca, las manipulaciones que hay siempre en ella y en el precio que pagan los combatientes. El discurso de Toru es muy atractivo, pero no viene acompañado de una buena ejecución, lo que lastra de forma irremediable el disfrute de la obra.

 

Ulna en su torreta

 

Dos son los factores condenatorios de Ulna y su torreta. El primero, que más o menos se puede sobrellevar, es lo irregular de su dibujo en el que pasamos de potentes y detalladas viñetas a otras que podríamos haber hecho nosotros mismos con nuestras limitadas capacidades artísticas. El segundo, más grave, un exceso de economía narrativa que lleva a saltos entre viñetas en una misma escena, con la consiguiente pérdida de información y una indefinición de las protagonistas (aspecto potenciado por el dibujo), que conduce a momentos de no saber con qué personaje estamos tratando.

 

Con esas dos losas, Ulna y su torreta se queda en tierra de nadie. Una obra con potencial -en su justa medida-, que ni está bien ejecutada, ni ofrece un valor añadido lo suficientemente atractivo como para dejar pasar sus fallos.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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