Con motivo de la celebración del Expomanga, el director de animación Satoru Nakamura se acercó a Madrid para protagonizar un coloquio con los cientos de otakus que se dejaron caer por el evento. Nakamura, conocido principalmente por su trabajo en Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, tiene un currículo en el que figuran proyectos como Pokemon, Patlabor, Monster o Blood-C. Aprovechando el poco tiempo que tuvimos para conversar con él (no todos los días nos visita una figura de su calibre) abordamos principalmente dos temas: el auge del manga/anime en Occidente y el trabajo de director de animación.
Pregunta: ¿Qué le llevó a interesarse por la animación?
R: Empecé a interesarme especialmente en el anime al ver la serie de televisión Gundam de Yoshiyuki Tomino. Fue la primera vez que me quedé impresionado por la calidad del anime. Y más tarde, al ver la serie Ideon pensé que quería dedicarme profesionalmente a crear animación. Concretamente me quedé prendado del trabajo del director de animación Tomonori Kogawa. Esos dibujos me encantaron y decidí que algún día trabajaría en este campo.
P: ¿Qué ha supuesto en su carrera el trabajo en un anime como Ghost in the Shell?
R: Lo que ha repercutido en mi trabajo y currículum es haber trabajado con un director como Kenji Kamiyama, el director de la serie de televisión Ghost in the Shell: Stand Alone Complex. Trabajar al lado de un director como él me ha influenciado tanto en el estilo como en la forma pensar y de interpretar el anime. Kamiyama ha sido capaz de adaptar la serie original de manga de Masamune Shirow de modo que sea disfrutable para todo el mundo. El manga original es muy enrevesado, muy complicado; en cambio la serie de animación está adaptada para que sea más accesible y este es un trabajo de Kamiyama, que, personalmente, creo que es fantástico.
P: ¿En qué consiste el trabajo de un director de animación?
R: El principal trabajo de director de animación es el asegurarse que el estilo queda unificado en toda la obra, porque trabajan muchos animadores y cada cual tienen sus manías. El director de animación supervisa el trabajo de todos ellos para que tanto los personajes como los fondos tengan una consistencia en toda la serie, independientemente de los creadores que han trabajado.
P: ¿Y cómo es el día a día en un estudio de animación japonés?
R: El día a día en un estudio de animación de Japón es duro, bastante arduo. Porque el proceso de creación de las series, sobre todo si es una serie de televisión en que cada semana hay que tener un episodio listo, es muy, muy duro, y no es nada raro que los trabajadores de los estudios se pasen días y noches enteras trabajando sin dormir. O incluso se queden a dormir en el propio estudio. Es duro, pero también vale la pena.
P: ¿Cómo ves el éxito del manga y anime en Occidente?
R: Personalmente estoy muy contento de que un campo, como es la animación japonesa, no se quede en Japón sino que llegue a todo el mundo. Me llena de alegría, precisamente por ser el campo en el que trabajo. En el manga creo que hay muchísimos elementos de la cultura japonesa impregnados dentro de las obras, y el hecho de que en países tan lejanos como España haya tanta gente dispuesta a aprender y a entender todos estos aspectos de la cultura japonesa es algo que me impresiona. El manga es una forma muy directa de transmitir estos valores, esta cultura y es mucho más directo, por ejemplo, que la novela escrita.
P: Sin embargo en Japón el cómic occidental no triunfa tanto
R: En Japón hay gente para todo y también hay fans del cómic europeo y americano, los hay, pero claro, son muy poquitos. En el caso del cómic americano, a los japoneses, o te gusta muchísimo o no te gusta, pasas de leer y a la mayoría de los japoneses, al menos ahora, no les gustan el estilo del comic occidental. Aunque por ejemplo Moebius, recientemente fallecido, es un autor que en Japón tuvo mucho éxito, influenció a muchísimos autores. Sin ir más lejos Katsuhiro Otomo (Akira, 1982) tenía una influencia directa de Moebius. O sea, aunque no se note, algo de reciprocidad sí que hay.
P: ¿Y cómo ves a las nuevas generaciones de profesionales en Japón?
R: El futuro de la animación japonesa está asegurado, no hay problema. Yo mismo, a veces, me he encargado de entrevistar a nuevos candidatos para formar parte de la plantilla de Production I.G. que es el estudio de animación con el que más trabajo. Y estos jóvenes normalmente suelen tener un nivel técnico muy elevado, suelen ser muy buenos dibujando, con lo cual podemos esperar que el futuro de la animación japonesa siga siendo brillante. Sin embargo sí que percibo que hay poca gente con la imaginación y empuje necesarios como para convertirse, por ejemplo, en directores. En la faceta artística no hay ningún problema, en la faceta creativa, en cambio, me preocupa un poquito que no esté surgiendo suficiente talento.
Foto: DANIEL LOBATO
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