Eric Lavaine ha estrenado en nuestro país Vuelta a casa de mi madre, una comedia sobre las relaciones familiares y las frustraciones de la vida adulta, el director nos recibió en Madrid y hablamos con él sobre su estilo, su película y la situación actual del cine francés.
Pregunta: ¿Cómo surge el pretexto de la película? ¿Es una situación normal en Francia? Aunque no haya querido hacer cine social, el tema que trata es muy realista.
Respuesta: Sí, claro, es una situación real porque hay más de 400.000 adultos que a raíz de un divorcio o desempleo tienen que volver a casa de sus padres y eso le sucedió a una de mis amigas, lo que me dio la idea para escribir la película. Vi muchos reportajes y lo que me sorprendía era que la gente veía la situación como un doble castigo: estás en una situación de fracaso y además el resto de tus hermanos te reprochan que estás aprovechándote de ellos y gorroneando, por tanto me parecía un buen tema para partir y analizar las relaciones familiares entre padres, hijos y hermanos, relaciones a veces muy duras.
P: ¿Cómo hace usted para escribir comedia? ¿Escribe primero los gags o deja que toda la historia fluya?
R: Es una buena pregunta porque en mis dos últimas películas he cambiado mi manera de trabajar, antes sabía que tenía cosas divertidas y que con ellas quería contar una historia y ahora parto de unos personajes, una situación dramática y a partir de esos puedo añadir momentos divertidos. Primero debe haber una buena historia como en Vuelta a casa de mi madre y Barbacoa de amigos que funcionarían perfectamente como dramas y podrían ser obras de Ken Loach. La dificultad está en que la comedia no tiene que alejarnos de la realidad y no hacer chistes por hacer reír sino que hay que dar una visión auténtica a la historia.
P: Esa es una visión más europea del género porque los norteamericanos, figuras como Seth MacFarlane o los creadores de South Park tienen el concepto de crear una trama muy inteligente pero desarrollarla a través de chistes fáciles y vulgares.
R: El estilo de las comedias francesas, españolas e italianas es muy distinto al americano porque es mucho más cercano a la realidad frente a lo excesivo del humor, y eso es fantástico porque todo puede divertirme. El cine es como la cocina, puedes disfrutar de una buena pizza e ir a un restaurante de tres estrellas, tienes diferentes tipos de cosas y tienes que hacer lo que sabes hacer. Los europeos tenemos un estilo muy propio que hemos de conservar.
P: ¿Cómo ve el cine francés actual? ¿Cree que existe alguna corriente como pudo ser la Nouvelle Vogue? ¿Hay algo por explorar?
R: Es interesante porque un amigo mío que tiene un programa de radio hace siempre una afirmación: «Existe el estilo 2010» y es interesante porque la Nouvelle Vogue o el Dogma sí que supieron poner las cosas en su lugar y mantenerse fieles a sus ideas. No creo que en el cine francés actual exista algún tipo de tendencia, cada uno es libre y yo hago las películas que me gustaría ver y puede estar más o menos logrado pero desarrollo un estilo propio, de hecho ahora estoy rodando una comedia romántica en cinemascope con una imagen más ligera, lo que me permite explorar cosas nuevas.
P: Bertrand Bonello iba a estrenar en Cannes Nocturama, pero al tratar el tema de atentados en París no se vio apropiado y finalmente se presentó en San Sebastián ¿Ha visto la película? ¿Qué opina del veto en el certamen francés?
R: No la he visto, pero me gustó muchísimo su película sobre Yves Sant Laurent porque ese año hubo dos películas sobre él y su visión me pareció perfecta, es muy difícil hacer un biopic porque hay que saber desfasarse un poco y buscar algo distinto; cuando ves los biopics de Steve Jobs te das cuenta que no están bien hechos, son demasiado cercanos y hay que intentar buscar el ángulo. Respecto a Nocturama, no hay censura en Francia. Fueron los distribuidores quienes decidieron que no era el momento de estrenarla, es una obra demasiado ansiógena y aunque no la haya visto creo que tendrá vida en la televisión, DVD y festivales.
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