Pregunta: ¿Cómo surge la idea de rodar Mamut?
Respuesta: En realidad el punto de partida fue que me interesé por la vida que llevan los inmigrantes del tercer mundo en países occidentales donde trabajan en cualquier cosa. A partir de ahí derivó también en el tema de la situación económica actual. Además, a todo esto hay que añadirle las relaciones personales. En este sentido es un poco como una tela de araña donde la gente está interconectada. Es un ejemplo de cómo la gente necesita gente y cómo las necesidades humanas pueden ser perversas o negativas.
P: La película, en su desarrollo narrativo, recuerda un poco a las de Alejandro González Iñárritu
R: Sí. Alguien me dijo que el guión se parecía al de Babel, así que no quise verla. No es un problema si la película recuerda a otras, porque hay gente de distintas partes del mundo que puede pensar lo mismo y coincidir.
R: Porque daba vida al personaje. El personaje es como un niño grande y Gael conseguía representar esto muy bien.
P: Algunos de los personajes más importantes son niños de verdad ¿Cómo fue trabajar con ellos?
R: Pusimos mucha energía en el casting porque queríamos gente que improvisase de algún modo. Por ejemplo, la niña protagonista era muy natural todo el tiempo y era muy fácil trabajar con ella, porque siempre aportaba cosas que no estaban en el guión pero que eran valiosas.
P: ¿Y rodar en localizaciones tan diferentes?
R: Fue estupendo, y toda una prueba para mí. La verdad es que la globalización tiene sus cosas buenas, como esta experiencia estupenda.
P: En este sentido ¿Cree que ha hecho un retrato fidedigno de Filipinas?
R: Siempre se intenta que lo sea. Nos documentamos muy bien y creo que las cosas básicas están ahí, pero es muy difícil. Siempre que se cuentan historias de otros países se puede caer en errores. Yo he visto películas que se suponía que ocurrían en Suecia y que no tenían nada que ver con lo que era el país. Pero creo que no lo hemos hecho muy mal con Filipinas.
R: Mi desarrollo es difícil de decir. Al principio intentaba sacar grandes sentimientos y dirigirme a la audiencia, hacerles sentir lo que yo quería. Tras mis dos o tres películas primeras preferí crear conflictos más que un sentimiento general.
P: ¿Cómo es el proceso de creación de sus películas?
R: Es una forma abierta de crear, con una mente abierta. En Mamut tenía que haber una línea más o menos clara por la que dirigirnos, pero después, incluso durante el rodaje, se planteaban nuevas escenas y después durante el montaje también podían crearse algunas nuevas. La primera versión de la película, por ejemplo, era muy larga. Me gusta hacer diferentes versiones y hacer pruebas con ellas, y experimentar en general. Me gusta mucho experimentar. Por ejemplo, una vez intentamos desarrollar una fórmula matemática para crear una película. Es imposible hacer algo perfecto y esta fórmula tampoco nos funcionó. Al fin y al cabo hay una eternidad de posibilidades a la hora de crear una película, siempre se puede cambiar algo.
P: Por ejemplo, en Mamut, ¿Se barajaron otros finales?
R: Sí, todo el tiempo había diferentes finales. El final de la película no es el final que estaba escrito en el guión. Hacer películas es un proceso, y yo creo que la creación de una película tiene que ser abierta, por eso el final es distinto. Estoy feliz con el final de la película y sobre todo con cómo lo percibe la gente. Cuando hago una película la lanzo fuera y luego la gente entiende cosas distintas, y lo encuentro muy interesante. El final tiene mucho potencial, y me gusta cómo la gente la ve y la interpreta de diferentes formas. El final planeado era más específico, pero a lo mejor era demasiado simple.
R: Es posible que sea una debilidad… me interesan profundamente los rostros de la gente. Siempre les digo a los directores de fotografía que se acerquen más todavía a los actores. Objetivamente puede que no sea la mejor idea pero subjetivamente mi voz, por decirlo así, está interesada en los ojos, si es que una voz puede estar interesada en ello. Bergman dijo: «el único gran descubrimiento del cine es el plano corto«.
P: ¿Cree que el cine sueco tiene un hueco en el mercado español?
R: No lo sé. Las películas pueden ser fantásticas porque te traen otros países, y espero que haya un hueco para películas suecas, pero no lo sé. No sé si Millenium puede abrir el mercado… al fin y al cabo la gente solo ve películas de su país o de Estados Unidos, y eso es muy triste. Así que no sé, no sé si el cine sueco se puede hacer un hueco en el mercado español.
P: ¿Qué opinión le merece el desarrollo del 3D?
R: Es posible que haya… bueno, estaría bien que hubiese dos direcciones. Yo creo que habrá dos direcciones. Por un lado la del cine como espectáculo, donde se utilizará el 3D, y por otra el cine de autor que no necesita de esas técnicas. De todas formas, el 3D también podría suponer un nuevo factor con el que hacer alguna película experimental.
P: Para terminar, ¿Qué proyectos tiene a la vista?
R: Bueno, pienso tomarme un pequeño descanso del cine. Me gustaría escribir un libro sobre la muerte y en realidad me gustaría hacer de todo, pero lo que más me gusta es escribir. Me siento muy bien escribiendo.
Fotos: ÁNGEL G. ROPERO
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