Un regalo para ella: ¡Qué perra es la vida!

TitularCon retraso, y precedido del éxito en Francia, llega a nuestras pantallas Un regalo para ella, cuyo título original es Trésor, el cariñoso y siempre bien recibido nombre del bulldog inglés que protagoniza esta película, que arranca con la duda amorosa que plantea el conseguir un regalo adecuado para un quinto aniversario.

Partiendo de la complejidad de relaciones sentimentales, Jean-Pierre (Alain Chabat) introduce un nuevo matiz, que insignificante parece, pero que se convierte en el detonante y protagonista de Un regalo para ella. Este encantador y algo pedoso perro, un bulldog inglés llamado Tesoro, va centrar todas las atenciones de Nathalie (Matilde Seigner), cosa a la que Jean-Pierre, acostumbrado a ser el eje de sus pensamientos, no está habituado. No hay ojos para otra cosa que no sea Tesoro. Con este regalo merced tan especial día, se inicia la enredada comedia póstuma del afamado director y productor francés Claude Berri (Germinal), que co-dirigió junto a François Dupeyron, al que todos recordaremos por la preciosa reflexión social que es El señor Ibrahim y las flores del Corán.

Amén de los conflictos caninos, es curioso es ver como un perro -eso sí, de raza- es cuidado al más puro estilo burgués: Nathalie hace un menú para tres; Tesoro es uno más y si hay que cenar bien, que no sea por la pareja, qué sea por Tesoro que chuletones varios reclama para mantener la estupenda línea que siempre ha destacado entre los rechonchos y oscilantes bulldoges.

TitularEsta comedia, que poco ha costado a razón de los escasos decorados y personajes que aparecen, es un ejemplo más que refleja la calidad, siempre con un decente tratamiento, del cine francés. No es la comedia que siempre recordaremos y recomendaremos, pero sí un estímulo que durante noventa minutos te divierte. A pesar de ello, y en consonancia con el género cómico que siempre acepta de fallos, las incongruencias en la creación de personajes es destacable: cómo una persona cercana a los cuarenta años no conoce qué reclama un perro. Parece que Jean-Pierre tiene un capricho, igual que cuando un niño lo pide, hace gracia un rato, pero es duro para tenerlo 24 horas. Además, sin muestra aparente de un amor filial a los animales, Nathalie asciende -si definimos al ser humano como algo superior- a Tesoro a un estatus humano. Es su hijo. Ningún gasto es poco para él: comida de lujo, masajes, peinados o ropa de última moda, son algunos de los disfrutes que Tesoro, un perro, tiene. ¡Menos mal que no cayó en una familia humilde!

A estos entresijos caninos hay que añadirle como reclamo la correcta y siempre agradable visión de la bella Matilde Seigner (La chica de París) y al conocido cómico francés Alain Chabat (Felpudo Maldito), que junto a Tesoro, forman un triángulo que espera pillar pellizco en la taquilla, en la que otro perro, un animado gran danés llamado Marmaduke, ya está pasando con fuerza.

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