Movistar+ se está labrando una fama muy buena en cuanto a las series originales que ha lanzado en los últimos años: Vergüenza, La peste, Vida perfecta o La línea invisible, la más reciente de todas. Ahora llega La unidad, la serie creada por Dani de la Torre y Alberto Marini, que está llamada a ser otra de las serie insignia de la plataforma. Pero… se ha quedado por el camino. No voy a negar que La unidad tiene un producción magnífica, unas secuencias de acción bien desarrolladas y planteadas y una dirección por parte de Dani de la Torre realmente sobresaliente, pero el guion no acompaña a todas las demás partes. La unidad es una serie que se sitúa tras los acontecimientos del 11M y que llevaron a la creación de una unidad especial antiterrorista que daría caza a estos para terminar con las muertes. Y lo cierto es que todo esto es muy interesante, pero el problema llega cuando quiere desarrollar otras tramas y que nos sintamos cerca de los protagonistas y lo único que consigue es sacarnos de la trama y ralentizar la acción de la serie. Es una fallo que lastra al resto del relato.

La serie empieza de manera espectacular con una incursión en Melilla al más puro estilo Denis Villeneuve en Sicario. Te atrapa y te deja con ganas de saber más en el resto del capítulo. El capítulo sigue y vemos que es una acción coordinada en diferentes países para dar caza a terroristas. La acción, la planificación y la dirección consiguen meterte dentro de la intervención policial y siguen teniendo tu atención. Pero después de estos primeros compases, la serie baja la marcha y hace todo lo posible para que veamos que la los que se juegan la vida son seres humanos, que tienen sus vidas y sus problemas. Y no me parece mal que una serie no sea en todo momento secuencias espectaculares y que quiera que empaticemos con los personajes, pero La unidad flaquea a la hora de desarrollar a los personajes y al introducir la subtramas. La principal la tenemos clara, la lucha antiterrorista, pero las secundarias no tanto. Y fallan porque las meten con calzador sin haber intentado conectar antes con el público, de haber desarrollado aquello para lo que quieres que el espectador se sienta identificado o que empatice con los personajes. Y no puedes introducir un giro, que supuestamente es importante para la trama en el cuarto episodio y que después de eso apenas desarrollas y lo dejas en el aire hasta el plano final.

Son estos detalles en el guion que hacen que el interés en la principal y la conexión ficción – espectador apenas se desarrolle. Luego puedes realizar una secuencia de acción espectacular que el espectador la verá y seguirá a otra cosa, porque las tramas secundarias cortan la acción y el ritmo. Y es una lástima, porque la serie hace el esfuerzo de ser original y mostrar otra cara que se ve poco en cine o televisión, pero que se queda en mitad del mar sin barco de regreso. Pero no todo es malo. La dirección de Dani de la Torre sigue siendo sobresaliente, demostrando lo que ya había mostrado en El desconocido y en La sombra de la ley, donde seguía manteniendo su sello y aquí lo vemos también. Quizás menos que en el cine, pero cuando aparece una secuencia que te deja pegado a la butaca sabemos que Dani está detrás. Hay dos en especial que cortan el aliento: Una en Toulouse con unas puertas cerrándose y otra un plano secuencia que dejará sin habla. Dani se esfuerza por dotar de ritmo a la serie y que estemos atentos en todo momento, pero cuando no estamos en la trama principal… perdemos el hilo.

Los actores ponen todo de su parte para sacar adelante el proyecto y gente como Luis Zahera, Marian Álvarez o Michel Noher consiguen convencer. En definitiva, La unidad podría haber sido un auténtico pelotazo si hubiera dado tiempo a familiarizarse con los personajes y sus conflictos para que las tramas secundarias no fueran un lastre para la principal, la cual es interesante pero cuando llegan los momentos álgidos hemos perdido el interés por los motivos antes dichos. Dani de la Torre en la dirección cumple con muchas creces, notándose su sello a lo largo de los capítulos.