«Ya no tienes que esconderte«
A ver… He caído en Alma, el nuevo manga que nos trae Norma Editorial de las manos de Shinji Mito, por lo mismo que ha atraído a bastantes otros: un dibujo sensacional. Y es que hay que empezar por ahí, Mito crea un mundo post-apocalíptico tan rico en detalles que dan ganas de pasear por él y verlo con más detenimiento. Visualmente, este manga es una pasada y eso no se le puede negar. Además, la premisa de un mundo en el que humanos y replicantes se han ido masacrando mutuamente y en el que un chaval inocente trata de sobrevivir también tiene su gancho. Así que, ¿por qué no? «Démosle una oportunidad a esta historia», pensé en cuanto lo vi anunciado. Iluso de mí. Aunque en otras ocasiones estos saltos de fe me hayan salido bien, ésta ha sido claramente una decepción en toda regla.
El problema con Alma es, precisamente, que el cómic carece de ella misma. El manga de Mito ha logrado que me duerma en dos ocasiones distintas tratando de terminármelo porque lo que en él ocurría no terminaba de convencerme, no lo entendía o, sencillamente, me parecía tan pretencioso que acababa aburriéndome con su lectura. En este primer tomo pasan cosas, sí, pero el ritmo en general es tan lento que parece que el autor disfruta más con los antes mencionados paisajes que desarrollando una historia interesante y dinámica. Rei no parece crecer o aprender nada con su viaje, Trice está ahí porque la puso el gobierno y los humanos supervivientes son una panda de amargados que, sin embargo ‘ya no son capaces de vivir’ sin mantener a sus esclavos robóticos.
«¿Cómo se verá esta ciudad desde fuera?«
Y es que esto es lo que más me ha hecho flipar. Es decir, la humanidad ha sido diezmada por robots que adquirieron consciencia propia y que son capaces de transmitir esa consciencia a otras máquinas, pero en la base de los humanos se mantiene a robots sirvienta para que sirvan el café a los militares al cargo… ¿Qué sentido tiene? Joder, que estamos hablando de los últimos días de la humanidad y me estás contando que hay más robots que humanos en la base. No entiendo nada. Menos aún cuando nuestro protagonista, Rei, desarrolla poderes mágico-cibernéticos de la nada al final de este primer tomo (tengo entendido que la colección va a constar de cuatro números). Lo siento, pero un servidor necesita algo más que un dibujo apabullante y cuatro frases supuestamente profundas para entrar en la trama. Y Alma no parece ser capaz de ofrecerme nada más.
Por supuesto, estamos ante una cuestión de gustos y en las redes me he encontrado con multitud de lectores que han disfrutado mucho con este… ¿shonen? Personalmente creo que Mito tiene un talento espectacular (sobre todo como artista), pero que tiene que trabajar muchísimo más en sus guiones para tratar de llegar a un público más amplio y para hacerlos menos densos y recargados. Yo no soy, ni de lejos, el público para este manga de humanos, robots y el sueño (literal) que comparten.
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