«Venga, venga. De día soy un tío distinto«

 

Ocho años han pasado desde que cubriera para esta revista el pase de prensa de I Am a Hero, la película de Shinsuke Sato que adaptaba el manga de Kengo Hanazawa y que llegaría a nuestro país un par de años después de su estreno en Japón. Norma Editorial, por su parte, estuvo serializando el manga desde 2013 y hasta ese mismo año de 2017 en el que Mediatres Studio distribuyó la película definitivamente. Ahora es la propia Norma la que se saca de la manga una edición coleccionista de esta obra de culto que a duras penas vais a poder sacar de casa, pero que supone una nueva oportunidad para acercarse a un estupendo seinen de zombies (infectados más bien) en una sociedad que se cae a pedazos y con el protagonista peor adaptado de la historia.

 

Digo lo de que no la vais a sacar del hogar porque la editorial ha decidido aglutinar la friolera de treinta y cuatro capítulos en este primer tomo (pensad que en la gran mayoría de mangas japoneses los tomos contienen unos ocho), convirtiendo esta primera entrega en algo parecido a las Páginas Amarillas que no se puede leer si no tienes una mesa (o un atril) cerca para apoyar el tochaco. Sinceramente, y aunque no he sufrido ninguna caída de hojas en esta primera lectura, me parece que el formato es de todo menos ergonómico y práctico. Puede que quede bien en la estantería, pero su lectura es un auténtico dolor. Últimamente se han puesto de moda las reediciones manga y creo que el límite está en los tres tomos antiguos por cada tomo de reedición, más allá de ello estamos hablando de auténticos ladrillos muy difíciles de leer. Toda una barrera para el lector que quiera acercarse a los clásicos y a las obras de culto.

 

«Pero no soy ningún héroe, lo siento«

 

Más allá del formato de este primer volumen, I Am a Hero nos pone en la piel de Hideo, un mangaka underground cuya obra más conocida no pasó del segundo tomo y que ahora malvive trabajando como ayudante de uno de los mangakas de éxito de la editorial mientras sigue tratando de levantar el vuelo de nuevo. Hideo es, bajo cualquier clase de criterio, un perdedor y un acabado que, sin embargo, vive rodeado de gente que se preocupa por él (su novia y su principal rival en lo profesional y lo sentimental, sin ir más lejos). Es un ser mediocre que sufre alucinaciones, habla con personas que no están ahí y hace ‘conjuros’ para protegerse de las pesadillas que lo asaltan cuando cae la noche en su minúsculo apartamento.

 

 

Es a este personaje sin presente ni futuro al que Hanazawa coloca como protagonista de un manga que tarda doce capítulos en arrancar, pero que cuando lo hace transcurre sin dejarnos respirar ni un segundo. Los infectados están ahí desde casi la primera página del manga, pero cuando comienzan a tomar las calles ya es demasiado tarde para que Hideo emprenda una huida preparada. La carrera por las calles de Tokio hacia los diversos medios de transporte en los que Hideo se monta en su escape de la gran ciudad nos mantiene atados al manga e inconscientes de su número de páginas o del paso de los capítulos, centrados únicamente en ver si el pobre chaval es capaz de sobrevivir al tiempo que disfrutamos de unas ilustraciones (Norma acompaña de muchas páginas a color a esta edición, lo cual se agradece) que son sencillamente apabullantes.

 

I Am a Hero #1, más allá del formato, es una lectura obligatoria para todo fan del buen manga.