El 7 de Noviembre, tan sólo un mes después de su estreno en Estados Unidos, FOX estrena en España y en otros 120 países American Horror Story, serie está causando buenas sensaciones al otro lado del charco pero cuyo estreno con tan poco espacio de tiempo no deja de significar una apuesta fuerte por parte de la compañía norteamericana. Aunque la verdad es que avales no le faltan: su nacimiento se ha dado en la cabeza de Ryan Murphy, creador de otras series de éxito como Nip/Tuck o la poderosísima Glee, quien ahora decide explorar un terreno completamente nuevo. Además, la serie cuenta con un reparto bastante interesante del que cabe destacar a una perturbadora Jessica Lange (Tootsie, Las Cosas que Nunca Mueren)

Dicho esto, American Horror Story, por lo novedoso de su formato y por su temática puede convertirse en todo un éxito o fracasar estrepitosamente, todo dependerá de cómo vaya evolucionando una historia que se nos presenta como compleja, sangrienta y con una elevada dosis sexual, no en vanos sus creadores la han definido como un “thriller psicosexual”. Para ayudar a su triunfo FOX la ha programado, acertadamente, justo antes de su serie estrella: The Walking Dead (que en Estados Unidos acaba de firmar para una tercera temporada)

¿De qué nos habla American Horror Story? La serie gira en torno a una familia hecha pedazos que busca comenzar desde cero en un nuevo hogar, pero que no sabe que la vivienda a la que se mudan oculta un aterrador y siniestro pasado lo que, simplificando mucho, es el argumento central de muchas películas de terror y es lo que hace de esta serie un proyecto único y no comparable a ningún otro de la oferta actual.

Jessica Lange (izquierda) y Frances Conroy en una escena del Piloto.

Pero precisamente esta incursión en un género hasta ahora exclusivo del cine puede significar el hundimiento de la serie si no se maneja con precaución. Los límites temporales que poseen los largometrajes (en torno a los 90-120 minutos en el terror) no se aplican de igual manera a las series de televisión. En concreto esta va a contar con 13 capítulos de 40 minutos de duración, lo cual obliga a distribuir la acción de un modo más pausado que en las películas, aún a riesgo de aburrir al espectador, la alternativa (una serie intensa de una sola temporada) ni siquiera se contempla en el mundo occidental. El “plan C” de Murphy consiste en dotar a los personajes de unas historias personales lo suficientemente complicadas como para enganchar al espectador, veremos si le da resultado.

Al margen de lo que dé de sí el guión, el piloto de la serie nos muestra un trabajo musical y visualmente muy trabajado y atractivo que vuelve a poner de manifiesto la enorme evolución del género televisivo en los últimos años, cada vez más cercano en presupuestos, calidad y prestigio al cinematográfico. La selección de emplazamientos y la escenografía  recuerdan a todas y a ninguna de las películas de miedo que hayamos visto mientras que la música juega perfectamente su papel de situarnos o desorientarnos según los deseos del realizador.

El veredicto final lo darán los espectadores cuando la serie esté algo más avanzada, pero American Horror Story parte con muy buenas cartas para que los lunes, en lugar de quedarnos una hora viendo Walking Dead en FOX, nos quedemos dos para ver los devenires de la familia Harmon.