Christopher Nolan, de la mano de un revitalizado Leonardo DiCaprio, rompe las taquillas de todo el mundo y se consagra como uno de los directores más a tener en cuenta del panorama actual. Con guión original, planteamiento atrevido, casi de videojuego, y mucha mano para llegar al espectador, Nolan ha conseguido crear la que seguramente será una de las películas del año.
Lo peor de Origen es que se queda en blockbuster y no llega a la obra maestra que muchos cacarean, lo que ha creado unas expectativas que, siempre para mal, influyen en el modo de ver la película y la valoración final. Pero si toreamos al hype es innegable que nos encontramos ante una historia fresca y original, contada con una maestría increíble que impide al espectador levantarse en todo lo que dura el metraje (aunque el clímax se haga eterno). A esto hay que añadirle la genialidad de los aspectos visuales que ayudan a crear un universo completamente nuevo e inexplorado. Es decir: una película que, con sus defectos, merece la pena.
Es cierto que bebe de fuentes muy reconocibles (Paprika, Matrix o James Bond) pero eso no impide que nos encontremos ante una película única en su especie, intensa, interesante a muchos niveles y que, lo que no es menos importante, supone un soplo de aire fresco en la cartelera.
A pesar de todo, Origen no es la obra maestra que a muchos les hubiese gustado, o que muchos creen. Todas las interesantísimas propuestas de la primera media hora (sueños, construcción de mundos oníricos, ¡DOBLAR CIUDADES!) se desaprovechan en favor de un thriller con retazos de Al servicio de su majestad demasiado convencional para todo lo que hemos visto hasta el momento y un tramo final que se hace pesado. Además, los personajes están desdibujados cuando podrían haber dado mucho más de sí; es cierto que no es una película de personajes pero una mayor profundidad en ellos podría haberle hecho ganar muchos enteros y no habría dejado cojas unas cuantas escenas en el film, como los piques entre los distintos integrantes del grupo que se intuye que empezaron hace mucho tiempo pero que quedan en el aire sin aportar nada.
En definitiva, una cinta notable y de lo mejorcito que se va a poder ver en estas fechas, pero por desgracia lejos de la obra maestra que muchos entusiastas de Nolan apuntan.
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