La Invención de Hugo

La Invención de Hugo: Vengan y sueñen conmigo

Hollywood necesita darse un homenaje y quizá esa sea una de las razones de que las dos grandes aspirantes al trono de los Oscars de 2012 sean dos películas que giran en torno al cine y sus comienzos. Tanto The Artist como La Invención de Hugo son dos bellísimos cantos a la fábrica de sueños que nació de la mente de dos hermanos franceses y que posteriormente un compatriota suyo explotaría con la intensidad de un genio. Me refiero a Georges Méliès.

 

Martin Scorsese se sirve de la magnífica novela de Brian Selznick para rendirle un sentido homenaje a este cineasta y dar a conocer a las nuevas generaciones la historia de los primeros pasos de la industria que ha marcado el camino de la fantasía para todos nosotros durante el último siglo.

 

La Invención de Hugo - Viaje a la Luna, de Georges Méliès

 

 

Dos homenajes, dos aproximaciones:

 

Cuando desde esta revista entrevistamos a Michel Hazanavicius, director de la gran vencedora de los Globos de Oro, nos contó que él y su equipo llegaron a plantearse el rodar su película en 3D, pero que al final optaron por rendirle tributo al cine mudo con una película del mismo estilo. Scorsese ha optado justamente por hacer lo que descartó su homólogo francés y nos presenta una cinta que usa a placer todas las nuevas tecnologías al servicio del cine para deshacerse en alabanzas hacia uno de sus pioneros.

 

Estas dos maneras de aproximarse a los primeros años del Séptimo Arte constituyen un doble regalo para el espectador al complementarse y hacen que uno salga de las salas enamorado del cine, del buen cine.

 

El Buen Cine:

 

Y digo enamorado del buen cine porque la aproximación de Scorsese no habría funcionado de no contar con algunos detalles muy importantes:

 

Unas actuaciones espléndidas: La pareja protagonista encandila. Chloë Grace Moretz derrocha dulzura y expresividad con cada aparición y Asa Butterfield (que ya apuntó maneras en El Niño con el Pijama de Rayas) deja muy claro que a sus 14 añitos ya tiene mucho que decir, habrá que estar muy pendiente de la carrera de este joven actor. Les acompaña un reparto de secundarios de lujo entre los que destaca un divertidísimo Sacha Baron Cohen (Borat, The Dictator) y una galería de nombres que van desde Ben Kingsley (Shutter Island, La Lista de Schlinder) hasta Jude Law (Sherlock Holmes, Contagio).

 

Un 3D bien usado: Por fin puedo decirlo. El 3D de La Invención de Hugo no sobra y presta el apoyo necesario para enriquecer la experiencia del cine. No nos engañemos, la cinta se puede disfrutar igualmente en nuestras cómodas dos dimensiones y aún falta mucho para que el 3D suponga una diferencia real y apetecible. Pero al menos uno no sale del filme de Scorsese con la sensación de haber tirado el dinero en unas gafas feas.

 

 

La Invención de Hugo, Asa Butterfield y Chloë Grace Moretz

 

 

Una hermosa fotografía: La Invención de Hugo es, además de todo lo anterior, un regalo para la vista. Los tonos dorados de las piezas de relojería están muy presentes en toda la película, contrarrestados con los tonos fríos de la nieve del invierno parisino y de la piedra gris de sus edificios. Este detalle se nota incluso en la pareja principal, donde contrastan el optimismo del personaje de Moretz (rubio dorado y vestida en colores cálidos) con el carácter taciturno de Hugo, al que vemos más pálido en comparación y en quién los tonos fríos son los que predominan.

 

Una música para el recuerdo: Howard Shore nos ha deleitado con bandas sonoras como las del Señor de los Anillos. Este año vuelve a levantar una sentida ovación con una música de clara inspiración gala y con una melodía central mucho más que agradable para nuestros oídos. A nivel de bandas sonoras este año los Académicos de Hollywood lo van a tener muy difícil.

 

En resumen:

 

Hermosísimo canto al séptimo arte y digno rival para The Artist en la carrera por los Oscars. De imprescindible visionado para los cinéfilos (que disfrutarán como críos con las continuas referencias a los grandes iconos visuales del ámbito cinematográfico) y muy recomendable para el resto de espectadores. Así da gusto ir al cine.

 

 

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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