La que estaba resultando una noche bastante igualada, en su recta final se decantó por el thriller policiaco de Enrique Urbizu, que se alzó con los premios a mejor película, guión original, dirección y actor protagonista para José Coronado. Así, No habrá paz para los malvados se hizo con 6 cabezones; mientras, La piel que habito de Almodóvar (con un look a lo Jack Nicholson con sus gafas de sol), se quedó con cuatro (incluyendo el de mejor actriz para Elena Anaya); cuatro para Blackthorn y tres La Voz Dormida y Eva, del debutante Kike Maíllo.

La sombra de Buenafuente y su buen hacer durante dos años se hizo notar. Eva Hache lo intentó, y mucho, pero la gala resultó más sosa (y larga) de lo que cabía esperar. Más de tres horas de acto con números musicales torpones y sin chispa o los «consejos» de Cayetana Guillén Cuervo para disfrutar de la gala no ayudaron demasiado. Menos aún si para darle más ritmo al evento eliminas la entrega del Goya de Honor (esta vez a Josefina Molina) pero pones un eterno vídeo homenaje. Por no hablar de Santiago Segura, que con su speech de cinco minutos dio mil vueltas a la maestra de ceremonias e hizo reir a carcajadas a los presentes (y a quienes seguián lo que sucedía desde casa) tirando con bala contra los académicos. Una irreverencia que nos recordó a un Ricky Gervais suavizado. Santiago Segura, presentador vitalicio ya.

Otros dos apuntes notables: el polémico discurso de González Macho y la «mala fortuna» de Isabel Coixet. En un año en que Jimmy Jump prometió dar una tregua a la Academia, la directora (que llegó con un vestuario cuanto menos pintoresco) sale dos veces al escenario y se cuelan dos espontáneos. Uno apodado ‘Muletilla’ y un supuesto miembro de Anonymous. Los más malvados (permitidme este guiño) pensarían que era ella quien colaba a estos aguafiestas.

Siguiendo con este tono cómico, resultó muy curioso ver a Ricardo Darín entregándose un premio a sí mismo. Le tocó dar el galardón a la mejor película iberoamericana y ¡oh, sorpresa! se lo llevó Un cuento chino, en la que él participa.

¿Y González Macho? Si Alex de la Iglesia decía el año pasado en su discurso que «las reglas del juego han cambiado» y abogaba por un presente marcado por Internet y las nuevas tecnologías, para el presidente actual (no olvidemos que es distribuidor y productor) «Los cambios han de ser viables y tener como objetivo mejorar y enriquecer los modelos ya existentes«. Internet, según Macho, todavía no forma parte «de la actividad económica del cine» y «hoy por hoy, prácticamente la totalidad de la economía del cine, los recursos que hacen posible la producción cinematográfica, no proceden de Internet, proceden esencialmente de las salas cinematográficas, de la televisión, del DVD y de otras formas de comercialización«.

Una opinión que se siúa en el lado opuesto de la del director vasco.

Récords, reivindicaciones y justicia

En 2012 los Goya han visto varios hitos. Primero, Arrugas se ha convertido en la primera película de animación en hacerse con uno de los premios grandes, el Goya a mejor guión adaptado (ya había sido la primera en lograr la nominación). Segundo, con su cabezón por la composición de La piel que habito, Alberto Iglesias es ya la persona con más Goyas de la historia: diez. Tercero, [SPOILER] por primera vez un personaje, Vicente, de La piel que habito, ha reportado dos galardones a sendos intérpretes: Jan Cornet y Elena Anaya [FIN SPOILER].

Esta edición también pasará a ser la primera de una larga temporada de premios injustos. ¿Por qué un niño puede trabajar en una película y actuar como un adulto cualquiera pero no tiene derecho al mismo reconocimiento? El actor/actriz revelación de Pa Negre ha pesado mucho y los menores de 16 años ya no pueden optar al Goya. Por ello es de aplaudir el enorme gesto de Kike Maíllo con Claudia Vega, el alma de Eva, su ópera prima. La pequeña de 12 años acudió a la gala para disfrutar y cuando el director (formado en la ESCAC) salió a recoger el galardón a la mejor dirección novel le dedicó unas hermosas palabras para que pudiera recibir un reconocimiento que la Academia quiso negarle.

Pero si por algo va a ser recordada esta entrega es por el sentimiento de justicia. Lluis Homar, Ana Wagener, José Coronado y Enrique Urbizu recibieron unos galardones que llegan tarde. El de Ana quizás sea el menos merecido de los cuatro (o cinco, ya que Urbizu se hizo con dos), pero el de los dos actores y el del director eran obligados. La dupla Coronado-Urbizu ya puede estar tranquila. Al tercer intento se hizo justicia. Algo que lamentablemente falta en otros campos de la actualidad española.

Y si unos ganan otros pierden. Las gafas de Almodóvar posiblemente querían ocultar su cara de decepción. En su momento se jactaban por el gran recimiento de la Academia al darles 16 nominaciones y se quedaron en cuatro: actor revelación, actriz protagonista, maquillaje y música. Zambrano también se quedó con la miel en los labios (previsible, en unas nominaciones que apostaban tanto por el género): actriz revelación, actriz de reparto y canción original. Mientras, Blackthorn se quedó con las direcciones artísticas, vestuario, de producción y de fotografía.

El listado completo con los ganadores de esta edición los podéis encontrar aquí.