Obra de la debutante Isa Ibaibarriaga y que edita GP Ediciones, pequeño sello aficando en Zaragoza y que sirve para ilustrar que el cómic patrio tiene salida mucho más allá de las Dibbuks o Astiberri habituales.
La vida de una editorial pequeña es complicada, te la juegas con cada una de tus obras, pero tienes la libertad de poder arriesgar más que el resto, descubriendo al público, de cuando en cuando, pequeñas joyas como esta Gummy Girl. Así, GP Ediciones, pequeño sello afincado en Zaragoza y que sirve para ilustrar que el cómic patrio tiene salida mucho más allá de las Dibbuks o Astiberri habituales. La editorial se la “juega” con una obra que hablando en plata podríamos definir como una rayada, pero igualmente hipnótica, 80 páginas de mundos surrealistas y pesadillescos que encandilarán a todos aquellos lectores a los que les gusten las historias que retuercen la realidad para crear sus personales universos.
La historia es bastante sencillita, enclavándose en una realidad constante, pero que en los últimos meses es cuando ha saltado a la primera plana de la agenda mediática: el bullying. El acoso escolar sirve como gancho para presentar a la protagonista, una estudiante de instituto, sin muchos amigos y que vive con su abuela. Su mayor deseo es ser aceptada por sus compañeros y volverse popular como ellos. Pero como en toda fábula, lo que deseas suele volverse en tu contra.
Así, con un tono muy imaginativo Isa Ibaibarriaga construye un breve relato que parece beber directamente del manga de terror y que tiene su mayor fuente de inspiración en Carrie, la afamada novela de Stephen King y cuya adaptación llevada a cabo por Brian De Palma forma parte de del Top del cine de terror. Las semejanzas entre el clásico del género y Gummy Girl son incuestionables, pero eso no le resta interés al tebeo de Ibaibarriaga. Al contrario, al explorar algunos de esos lugares comunes, pero subrayando el humor negro y el gore, marca distancias con sus referentes y muestra su propia personalidad.
Mención merece también el trabajo visual. La obra juega con los rosas y los azules para reforzar ciertos aspectos narrativos, y resulta especialmente peculiar que esté dibujada con bolígrafo, lo que refuerza aún más el carácter original y único de Gummy Girl. Tenemos un talento en ciernes con Isa Ibaibarriaga.
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