– Me rindo Robert, ¿qué tiene dos cuernos, un ojo y se arrastra?
Casi todos los presentes conocemos a La Familia Addams por las famosísimas películas que Barry Sonnenfeld dirigió a principios de los años 90, por lo que resulta curioso descubrir que su nacimiento se remonta a 1938. El libro del que hablamos hoy recopila chistes gráficos protagonizados por los Addams, y por un multitudinario reparto de personajes anónimos. Hagamos un poco de historia.
Charles Addams y la familia macabra
Charles Addams (1912-1988) fue un dibujante especializado en chistes de una sola viñeta, recordado especialmente por su etapa en el New Yorker, revista semanal de ensayos e información que aún hoy se publica.
Creó a la familia Addams en 1938, como otra viñeta más, sin nombre siquiera, y sin pensar en volver sobre ellos. Las múltiples opciones cómicas que ofrecía el parodiar la familia clásica a través del comportamiento oscuro de los Addams, hizo que los retomara en varias ocasiones. Los personajes se hicieron populares, tuvieron pronto una serie de televisión en los años 60, algunas de animación entre los 70 y 80, y así llegamos a las películas que conocemos.
Pero, en realidad, La Familia Addams es el cebo para acercarnos a este genial libro.
Charles Addams usa el recurso clásico de tomar lo habitual y sacarlo de contexto, llevárselo a otro terreno, al terreno de lo siniestro. El humor de sus tiras parte de situaciones oscuras, fantásticas y absurdas, que sorprenden a algún personaje o que son tomadas como normales por los mismos. El estilo de dibujo en blanco y negro es ideal para el efecto de sobrecogimiento, que no llega nunca a ser desagradable, pero que te mete de lleno en el entorno de Addams. Las expresiones de los personajes y los escenarios en los que se mueven están perfectamente realizados, y los chistes son inteligentes, con dobles sentidos y situaciones que juegan con el lector.
La Familia Addams y otras viñetas de humor negro reúne 318 páginas del trabajo de Addams en el New Yorker, ha sido editada por Valdemar en nuestro país, y no resulta difícil de encontrar en nuestras librerías pese a tener ya unos años.
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