La editorial especializada en preventas Spaceman Project publica Moon Eaters, juguete escrito y dibujado por Víctor Santos en el que replica con descaro y gracia los códigos y esquemas que tanto explotó -para nuestro disfrute- la desacomplejada serie B que apareció como respuesta a los incipientes blockbusters que, a su vez, marcarían el final del dominio del Nuevo Hollywood.

«Vaya, muchas gracias, gilipollas«

Las intenciones de la obra son meridianas no solo atendiendo al planteamiento de la misma: una pareja atrincherada que intenta sobrevivir como si de Asalto a la comisaría 13 o Abierto hasta el amanecer se tratase; sino que en los agradecimientos de apertura el autor cita nombres como John Carpenter, Neil Marshall o Stephen King. Así pues, ya podéis imaginar fácilmente cuáles son los ingredientes clave de Moon Eaters. La mención a un tipo como Marshall no es casual. Cada uno a su manera y en su medio de trabajo (uno en el cine y otro en el cómic) siempre han mostrado con orgullo la influencia de ese cine mal llamado friki y -con más o menos fortuna o acierto- lo han reivindicado en muchos de sus trabajos.

Trama sencilla, personajes socarrones, violencia a mansalva, giros imposibles… Santos ofrece un relato que se imbuye por completo en el explotation, que profesa amor por este tipo de narrativa y que se muestra cómplice con sus lectores. Es un cómic que, como esas películas tipo Posesión infernal, Historia de Ricky o F/X, efectos mortales; apetece revisitar de cuando en cuando por puro placer (no) culpable. Si no os va este tipo de historias poco más vais a encontrar aparte de un entretenimiento efímero y harto exagerado.

La edición cuenta con algunos fallos aislados de carácter gramatical (relativos sobre todo a la sintaxis) que habrían sido fácilmente subsanables con una mayor atención en la corrección. No hay nada sangrante, pero son pequeñas erratas que deslucen un, por otro lado, muy cuidado tebeo que incluye una pequeña e interesante selección de diseños de personajes y escenarios.