El Asombroso Spiderman: Fuego en la mente

El Asombroso Spiderman. Fuego en la mente: Amistades peligrosas


El presente Marvel Saga dedicado a las aventuras del Asombroso Spiderman publicado por Panini Cómics sigue la estela del anterior volumen de presentar relatos autocontenidos, que exploran algunas facetas del día a día de nuestro protagonista, pero sin llegar a meterse en tramas más elaboradas (y largas) que supongan cambios sustanciales en su vida. Aunque se presentan personajes y se resuelven cuestiones que pueden tener eco a corto-medio plazo.

 

«¿Eh? Tienes buena memoria, Parker«

 

Es así como conocemos nada menos que al padre de Jonah Jameson en la historia que abre el tomo y que es, sin duda, la que mejor sabor de boca nos ha dejado. Dibujada por Marcos Martín y guionizada por Mark Waid, esta historia subterránea (transcurre en el metro y sus túneles) pone sobre el tapete muchas de las cosas que (casi) siempre funcionan con el trepamuros: malosos de segunda (en este caso el Conmocionador) y el crimen organizado.

 

El Asombroso Spiderman: Fuego en la mente

 

La suerte Parker no da tregua a nuestro protagonista y lo que empieza con un golpe de suerte se convierte en un día de perros, lidiando no solo con el villano de turno, sino con un escenario que amenaza con caérsele encima -literalmente. Y todo por culpa de su nefasto don de la oportunidad que le lleva de cabeza contra los problemas. Pero esa es parte de la gracia, ver como el bueno de Spidey sale airoso cuando las cosas se ponen más difíciles.

 

Así, entre las peleas de rigor contra Conmocionador y una odisea superviviente propia del cine de catástrofes, Spiderman conoce, como ya hemos adelantado, al padre del iracundo periodista que lleva años haciéndole la vida imposible. Nuestro héroe, como no podía ser de otra forma, aprovecha la ocasión para desahogarse y soltar toda la rabia guardada contra Jameson, encontrando notable comprensión por parte de su interlocutor.

 

Pero Fuego en la mente tiene más sorpresas. La más destacada (al margen de la ya citada) es otra aventura en dos partes (esta vez con el equipo creativo formado por Dan Slott y Mike McKone) que tiene por objetivo arrojar luz al sorpresivo regreso de Harry Osborn, a quien todos dábamos por muerto hasta no hace mucho. La explicación -rocambolesca como pocas- puede convencer más o menos, pero cumple su propósito y sirve, además, para limar asperezas entre Peter y Harry, que en esta última etapa venían mostrando algunas tiranteces entre ellos. Para el guionista es tan importante trabajar el hueco en la continuidad creado por el regreso del amigo (y a veces enemigo) de Peter, como la relación entre estos, recordándonos la importancia del plantel de personajes secundarios en la serie.

 

Más mediática -en su día muchos medios se hicieron eco de ello- es la sorpresa que supone la aventura conjunta entre Barack Obama y Spiderman. Zeb Wells escribe una divertida anécdota que evidencia la buena imagen que tenía el recién estrenado presidente (la historia es de principios de 2009, con Obama recién llegado a la Casa Blanca). A más, un relato que profundiza en la honesta amistad entre Peter y Betty Brand y otro en la también genuina relación del trepamuros con Lobezno. Y no faltan avances en las líneas generales que mueven el actual argumento (con Martin Li y Anti-Veneno pidiendo su cuota de protagonismo).

 

Fuego en la mente es un interesante volumen que resalta tanto la faceta humana como heroica de Spiderman.

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