Recuperar ahora la reciente etapa de Dan Slott al frente de Los 4 Fantásticos ya con la aventura de Cary Nord cogiendo forma y coincidiendo con la publicación de los orígenes de la colección de la mano de Jack Kirby y Stan Lee nos hace ver y valorar la importancia de estas historias. Al menos de su primera fase.

«Más que nadie, tú eres lo que hace que toda mi vida sea hermosa«

Panini Cómics recupera en su línea Marvel Deluxe el retorno de los imaginautas a la primera línea tras el grand finale que les ofreció Jonathan Hickman tras sus Secret Wars. Entre su despedida y retorno pasaron tres años. Tres largos años sin saber de los personajes fundacionales de Marvel Comics. Se dice pronto.

Ya solo por lo que significa a nivel emocional para la editorial y el fandom, estas aventuras de Slott merecen un puesto destacado en la biografía destacada de los personajes. Regresaron, además, como solo el guionista californiano sabe hacer, con nuevas e imposibles ideas con las que enriquecer el vasto legado de Los 4 Fantásticos. Y así transcurre buena parte del volumen presentando a la Doliente, una entidad cósmica a un nivel equiparable al del mismísimo Galactus, a quien además doblega un iracundo Doctor Muerte para subir aún más su apuesta en su desquiciada obsesión con Reed Richards y su familia.

Estos dos apuntes argumentales son por sí mismos todo un reclamo para adentrarse en estos cómics. Pero ¡ay! Los 4 Fantásticos son mucho más que amenazas a priori irresolubles o villanos de terrorífico poder. Los 4 Fantásticos son, ante todo, una familia. Son sus personajes, sus pequeñas historias, su día a día.

Y es en esa faceta donde Slott hace su gran apuesta. La apuesta que, pase lo que pase de ahí en adelante, hace que su etapa se gane por derecho propio un lugar en el corazón de Sue, Reed y compañía: la boda de Ben y Alicia. Y es curioso, porque enlaces como el de Batman y Catwoman demostraron no ser más que un estruendoso juego publicitario y otros como el inminente de Iron Man y Emma Frost durarán lo que dura un romance de verano, el de Alicia y Ben lo teníamos tan naturalizado y se produce de una manera tan orgánica, que apenas le dimos la importancia que merecía.

Quizás sea un cambio menor. No afectará al statu quo de los personajes ni revolucionará sus vidas, pero es un cambio que perdurará en el tiempo. Ahí radica lo especial del momento. Dan Slott nos ha regalado un momento que perdurará para siempre y firma su legado para la franquicia. Y si sois de los que lloráis en las bodas, preparad los pañuelos.