El séptimo tomo de la recopilación que está llevando a cabo Panini Cómics de Los 4 Fantásticos de Jonathan Hickman dentro de la línea Marvel Saga nos depara una sorpresa muy especial. Sus acontecimientos, lejos de avanzar en la trama del volumen anterior, lo que hacen es complementarla. Un paso más allá transcurre en paralelo a los hechos narrados en Para siempre, aquellos que nos trajeron de vuelta de la «muerte» a Johnny Storm.

«Encuentra el modo, tío Muerte«

Ante aquella dramática decisión, Hickman decidió que lo ideal sería cerrar la colección de la primera familia e iniciar una nueva cabecera: Fundación Futuro, máxime cuando los miembros del cuarteto principal habían cambiado (Storm por Spiderman), la puerta a nuevas alianzas estaba abierta de par en par (incluso para los más temibles villanos de los imaginautas) y los estudiantes de la Fundación Futuro -con los pequeños Franklin y Valeria a la cabeza- iban tomando cada vez mayor protagonismo. Pero claro, ¿qué hacer una vez la Antorcha Humana volviera a casa? Lo normal habría sido dar por concluida la serie sustituta y volver a Los 4F (de ahí el mediático #600). Pero Hickman tenía otros planes. En lugar de eso iba a duplicar esfuerzos y mantener ambas colecciones abiertas. Una seguiría al núcleo de la familia y la otra se centraría en las andanzas de los pequeños de la Fundación.

Así, mientras que en Los 4 Fantásticos: Para siempre vimos el regreso triunfal de Johnny Storm y la lucha contra los Celestiales (incluso Galactus y un ya adulto Franklin Richards tomaron parte del conflicto), en Los 4 Fantásticos: Un paso más allá somos testigos de la cara B de aquella trama; descubrimos qué hicieron mientras tanto los chicos de la Fundación Futuro y de cómo las maquinaciones de Valeria y Nathaniel llevarían al desenlace leído en el anterior volumen.

Resulta muy estimulante para el lector encajar las diferentes piezas y ver las cosas desde otra perspectiva. El guionista no parece dar puntada sin hilo y lo que parecía un simple recurso para aligerar el plantel de personajes y poder centrarse en otras cuestiones (la «traslocación» de las plantas superiores del edificio Baxter lejos de Nueva York con todos los niños en su interior), termina por revelarse como el comienzo de una trama igual de apasionante que la que le precedía. De nuevo, elementos como el Consejo de Reeds vuelven a tomar un papel crucial, aunque con Valeria y Muerte trasteando por medio, todo puede pasar. El tomo avanza a dos velocidades, o en dos direcciones: por un lado vamos comprobando como los planes de Valeria y su abuelo se van poniendo en marcha y, por otro, se nos muestran cómo dichos planes influyen en los acontecimientos del volumen anterior, dándonos una visión mucho más amplia (y hasta cierto punto perturbadora por el tipo de deciciones que se llegan a tomar) de los hechos que ya empezaron a perfilarse en Los 4 Fantásticos: Tres.

Solo quedan dos volúmenes más para finalizar la etapa de Jonathan Hickman al frente de la primera familia. ¿Qué nos tendrá preparado para su despedida? Pronto lo sabremos.