47 Ronin: Alma japonesa

47 Ronin
Desde Dark Horse y a través de Planeta nos llega esta historia de decadencia, honor y lealtad samurái.

47 Ronin

Existe cierto número de publicaciones de obligada lectura para hacernos a la idea del carácter, la historia y el alma de una nación en concreto. Un par de lecturas a las viñetas de Mortadelo y Filemón o Forges bastan para captar gran parte de la esencia española, el Capitán América refleja a un sector de la población de su país mientras que el cómic underground norteamericano nos sirve para hacernos una idea de la América que no sale en las películas…

Si nos centramos en el País del Sol Naciente (con su abultadísima biblioteca comiquera) tenemos que buscar mucho para encontrar pequeñas joyas como Santuario que nos permiten comprender la idiosincracia de su realidad actual. El Japón feudal, sin embargo, se encuentra mucho más ricamente documentado en viñetas como las de la maravillosa Vagabond (de Takehiko Inoue), la adolescente Kenshin (de Nobuhiro Watsuki) o la fantasiosa La Espada del Inmortal (de Hiroaki Samura), ambas tres de fácil acceso para los lectores de habla hispana. Más extraño es, sin embargo, encontrarnos con un cómic americano que capte con total precisión el alma de la nación de los samuráis, las geishas y el honor y la lealtad hasta la muerte. 47 Ronin, de Mike Richardson, es una de las pocas que puede jactarse de haberlo logrado, aunque la hazaña tiene «trampa».

Richardson, fundador de la editorial Dark Horse comics (vía de escape en Norteamérica para muchos de los que quieren publicar algo distinto a lo que nos ofrecen Marvel y DC y, hasta ahora, refugio de los lectores de Star Wars) ha contado con unos asesores de excepción para recrear la historia real (de finales del siglo XVII) de los 47 samuráis despojados de su señor (definición más o menos exacta del término ronin) que se sacrificaron en aras de vengar la muerte del daimyo (señor feudal) Asano Naganori y restablecer su honor y el de su clan. El autor, como decía, ha contado con el apoyo de Kazuo Koike (Lobo Solitario y su Cachorro) en la dirección editorial y con el característico dibujo de Stan Sakai (Usagi Yojimbo) para poner en nuestras estanterías casi 150 páginas de puro espíritu japonés.

47 Ronin

Lejos de centrarse en la espectacularidad de las secuencias de acción, como sí que ha hecho el filme de igual título protagonizado por Keanu Reeves, Richardson opta por ofrecernos una visión sosegada y reflexiva del estilo de vida nipón en la época cercana al ocaso de los emperadores y, aprovechando el tono, hacer una romántica y encendida defensa del honor y la lealtad de los samuráis, de su visión de la vida y del sentido del deber, tan japonés, que los caracterizó en su época.

Publicada originalmente en cinco tomos, 47 Ronin se lee rápido y deja en la boca ese regusto agridulce que sólo nos pueden ofrecer las grandes tragedias de la antigüedad. Su sencillo dibujo y la suavidad de su coloreado nos permiten centrarnos en una historia de sobra conocida por los japoneses (y los aficionados a la cultura japonesa) y que ha tenido que esperar a 2014 para darse a conocer, quizá de la manera menos correcta, al público general a través del cine. Este cómic se convierte en el contrapeso perfecto en la balanza frente al filme de acción y nos ofrece una reflexión profunda y enteramente disfrutable del Japón feudal de principios del siglo XVIII, en pleno período Edo y en pleno aislacionismo frente al expansivo y colonialista mundo occidental.

Planeta ha comercializado la obra en formato de pequeño libreto en rústica de aproximadamente 13 euros que cuenta con una amplia galería de extras que van desde la clásica colección de portadas hasta entrevistas con los autores y reflexiones de Richardson acerca de la obra y de los trabajos previos que la inspiraron.

Acerca de RJ Prous

Avatar de RJ Prous

En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *