Nakatani Nio nos está conquistando con Bloom Into You tomo a tomo. La relación no relación entre Yû y Tôko se va haciendo más fuerte cada día que pasa, con experiencias compartidas y descubrimientos sobre ellas mismas y la otra. Hemos sobrepasado ya el ecuador de la obra publicada por Planeta Cómic, que constará de un total de ocho volúmenes y no vemos el momento de hincarle el diente al siguiente tomo, que está ya a la vuelta de la esquina: este noviembre.

«No te enamores de mí, Yû«

Bloom Into You está resultando ser una lectura que esconde más de lo que aparenta a simple vista. De primeras, tenemos un shojo ai que transita a pies juntillas por los lugares comunes del romance adolescente, de ese despertar emocional que se da en el instituto con el primer amor. Ahora bien, a medida que conocemos a las protagonistas vemos que hay mucho más. Nakatani ha creado dos personajes riquísimos en matices que ven en esta relación un camino de autodescubrimiento. Además de aprender y explorar sus sentimientos (sobre todo en el caso de Yû que partía con la inseguridad de no saber qué es el amor y, a estas alturas, por más que siga en las mismas con esa idea, sus actos la traicionan), reflexionan y se enfrentan a ellas mismas ante el espejo.

En este punto es Tôko quien vive con más intensidad el conflicto interior. Tenía una idea sobre sí misma y sobre sus circunstancias muy estrecha. Seguía una imagen sesgada que, al verse reflejada en otras miradas, descubre que quizás las cosas no son como ella creía. El tema de la identidad, cómo nos vemos y cómo creemos que nos ven (o nos deben ver) está muy presente en la obra, sobre todo a partir del tercer volumen, cuando Nakatani empieza a mostrarnos el pasado de Tôko y a dar voz a diferentes secundarios como Sayaka o la profesora Riko. Todo ello contado, además, con una inusitada naturalidad y sensibilidad.

El desarrollo de las protagonistas da un acelerón en estos cuarto y quinto tomos en los que tiene lugar la preparación del festival cultural del instituto. Por cuestiones que Tôko termina confesando a Yû y Sayaka en diferentes momentos, el club que preside va a recuperar una vieja tradición de la escuela, que es la de representar una obra de teatro. La obra, además de guardar muchas similitudes en su argumento con Tôko, permite a Yû y a esta pasar mucho más tiempo juntas, lo que refuerza los lazos exitentes entre ellas. Como se dice, el roce hace el cariño, y ambas van a enfrentarse a multitud de sentimientos, aunque de momento siguen sin querer dar el paso definitivo en su ya citada relación no relación. Si nada se tuerce en los próximos tomos, es cuestión de tiempo.