Yermo Ediciones nos trae Rey Oso, álbum de debut de la francesa Mobidic, quien hace labores de autora completa en esta fábula acerca de la relación del ser humano con el entorno y de lo conflictiva de nuestra propia naturaleza, muchas veces abocada a la violencia y presa de sus pasiones y temores.
A pesar de la apariencia “afable” de sus dibujos, en especial la caracterización de los animales que pueblan el relato, este tiene un trasfondo cruel y hasta perverso en alguno de sus pasajes, con una fuerte carga dramática, muy alejada de la apariencia que puede dar en un primer momento. El personal universo creado por la artista bebe de fuentes tan variadas como el anime La princesa Mononoke (referencia reconocida por ella misma) al imaginario precolombino, apostando por deidades totémicas para ser partícipes de su fábula. En medio se sitúa la protagonista de la misma, Xipil, una joven ofrecida en sacrificio pero a la que un inesperado giro de los acontecimientos pondrá en una posición beligerante, alejada de la sumisión inicial en la que la encontramos.
Mobidic hace un gran trabajo en el desarrollo de su protagonista, con un arco evolutivo muy marcado -que hace las veces de hilo de la historia- y lleno de matices. Como en otras historias que hemos reseñado con anterioridad (véase Pistuví), la obra aborda la pérdida de la inocencia y la violencia inherente a la naturaleza humana. Un fondo nada condescendiente con el lector pero que aún así guarda cierto halo de esperanza.
Mención especial se merece también el apartado visual, con unos personajes definidos con líneas claras y fluidas, muy expresivos. Por contraste funcionan muy bien los fondos, simples y difuminados para que no sumerjamos mejor en la narración y ayuden a crear la atmósfera adecuada.
El mayor pero de Rey Oso lo encontramos en su desenlace, un tanto apresurado. La intencionalidad del relato queda clara, percibimos la tragedia y las nefastas consecuencias de las decisiones adoptadas por la protagonista, y visualmente esas últimas páginas son muy poderosas, pero quizás, dado el tono y el tempo narrativo que iba siguiendo la obra, lo recomendable habría sido dedicarle unas páginas más para redondear un guion ya de por sí muy atractivo.
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