Cuando en agosto de 2023 se anunció el retraso de, por entonces, The Plucky Squire los lloros en la redacción fueron abrumadores. Por suerte tal demora no se alargó tanto y treces meses después tenemos en nuestras manos El Escudero Valiente (el título ha sido debidamente adaptado a en francés, alemán, español, portugués de Brasil y ruso, haciéndolo accesible a través de la localización), un cuento de fantasía, de esos con caballeros, princesas y malvados hechiceros que nos encandilaban de niños, desarrollado y editado por All Possible Futures y Devolver Digital.
La sinopsis oficial del juego es bastante clara en cuanto a lo que nos depara esta aventura de entre ocho y diez horas de duración (nuestra partida ha rozado las nueve horas):
El Escudero Valiente sigue las mágicas aventuras de Jota y sus amigos, todos ellos personajes de cuento que descubren un mundo tridimensional más allá de las páginas de su libro. El malvado Gruñonzón se percata de que es el malo del cuento, destinado a perder la batalla contra las fuerzas del bien por toda la eternidad, y expulsa al valeroso Jota de sus páginas cambiando la historia para siempre.
Jota debe enfrentarse a retos que jamás imaginó para salvar a sus amigos de las fuerzas oscuras de Gruñonzón y restablecer el final feliz del cuento.
El argumento, como podéis ver, no reviste gran complejidad. El Escudero Valiente se estructura en base a los arquetipos clásicos de las aventuras de fantasía. Es, además, en base a la caracterización de sus personajes (tanto a nivel visual como de guion) y el mismo lenguaje utilizado (en diálogos y narración), una propuesta especialmente recomendada para el disfrute de los pequeños de la casa. El Escudero Valiente es un cuento con todas sus letras. Por tener, tiene hasta su propio narrador (divertido como pocos, aunque al doblaje le falta afinar las pausas) y su moraleja final.
Esta intencionalidad se traslada también a la (gran) accesibilidad del título. Aparte de los dos niveles de dificultad presentes: Aventura (normal) e Historia (fácil), el juego nos permite desde mostrar los portales ocultos, a ser invulnerable o poder acabar con los enemigos de un golpe. Por haber, hay incluso un personaje al que acudir en busca de pistas en caso de quedarnos atascados en la resolución de algún puzle. Todo pensado para que la aventura sea disfrutada sin frustraciones.
Si a nivel argumental El Escudero Valiente es de todo menos valiente, en la apuesta jugable es donde tiene su mayor atractivo. Pronto durante la aventura, los personajes toman conciencia de que forman parte de una historia y que viven en un libro. ¿Y qué supone vivir en un libro? Estar dibujado y ser un personaje en dos dimensiones. Cuando Jota sale del libro (lo hace de forma literal), se convierte en un personaje en tres dimensiones y aparece en un escritorio donde puede ver e interactuar con el libro del que antes formaba parte. El Escudero Valiente nos propone saltar de una realidad a otra, de las 2D a las 3D y viceversa, cada una con sus propias reglas y mecánicas. En determinado punto de la aventura, además, estas «realidades» se amplían, pudiendo entrar en una carta (las habituales de Magic o juegos similares) o en una taza. Si algo está dibujado, Jota podrá entrar en ese mundo.
El mismo libro es un escenario y un elemento jugable. Podemos -y debemos- manipularlo para afectar a la realidad del libro y sus habitantes. El Escudero Valiente nos invita a pensar y a ser creativos. Pero, como decíamos, sin que la frustración llegue nunca a acechar. Todos los puzles son relativamente sencillos. Aunque sí que hay complicaciones… pero de otro tipo.
Menos mal que el juego permite omitir los pequeños minijuegos (sin penalización de ningún tipo) con los que nos topamos de vez en cuando, porque un bug en el capítulo seis nos impedía terminar el minijuego tipo Space Invaders al no poder disparar. En general -salvo en este caso- los pequeños bugs con los que nos damos de bruces durante la partida -bloqueo del personaje o “desaparición” de la salida de alguna sección- se solucionan volviendo al menú principal y cargando la partida. Y como el juego tiene guardado automático, lo más que perderemos serán cinco o seis minutos de avance.
Terminada la partida, podremos empezar una nueva (sin ningún tipo de mejora en plan «nueva partida+») o rejugar los capítulos ya superados (en total son 10, pero el último no es jugable). Esta opción es ideal para rebuscar y hacerse con todos los coleccionables y (en el caso de PS5) completar los retos para hacerse con los trofeos de turno.
El Escudero Valiente es una estimable propuesta con mecánicas muy imaginativas, pero una narrativa muy enfocada al público juvenil. Es decir, más allá de algún subtexto concreto o alguna gracieta con doble sentido de cuando en cuando, no esperéis esa capa de, por ejemplo, las películas de Pixar que logran atrapar a niños y adultos por igual. Si pintáis canas, igual no es una propuesta a tener en cuenta. En cambio, si tenéis polluelos por casa, puede ser una opción ideal para vivir una aventura en familia o dejarles vivir la magia por sí mismos.
Analizada la versión de PlayStation 5.
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