Shadow Warrior 3: Diversión por bandera

Si queréis revelaros contra la tiranía de los Horizon Forbidden West o Elden Ring y jugar sin mayores pretensiones que la de disfrutar reventando monstruo y riendo con chistes malos, Shadow Warrior 3 es lo que buscáis. Devolver Digital y Flying Wild Hog presentan una nueva iteración de la franquicia iniciada en 2013 (que a sy vez reimaginaba el shooter homónimo de 1997 [al que podéis jugar gratis en Steam]) que reformula la propuesta de Shadow Warrior 2, acotándola y esforzándose por ofrecer una aventura que lo apuesta todo a su gameplay, muy deudor (como todos ahora) de Doom Eternal.

 

Shadow Warrior 3

 

La influencia del shooter desarrollado por id Software está ahí y Shadow Warrior ni se avergüenza ni se esconde. Esta es una de las claves del FPS protagonizado por el canallita (y algo infantiloide) Lo Wang, sabe de dónde viene y a lo que aspira, permitiéndose incluso el lujo de jugar y reírse del mundo del videojuego con divertidas referencias que los jugones de pro pillarán enseguida. Todo a favor siempre de la diversión, que es la máxima que persigue el título en todo momento. Acción non stop condensada en 7-8 horas que deja un agradable regusto sabiendo que podría haber dado más de sí.

 

Si buscáis una propuesta narrativa pasad al siguiente juego, la historia de Shadow Warrior 3, por más que incluya un dragón gigante, es una mera excusa para dotar de un hilo conductor a los diferentes niveles que conforman la propuesta jugable. El argumento tiene la profundidad justa para servir de pasarela de chistes y diálogos ingeniosos entre los protagonistas. Es más, esta simplicidad lo que hace es llamar a gritos a jugadores noveles. No hace falta conocer la franquicia para disfrutar de las bondades de esta entrega.

 

Shadow Warrior 3

 

Alternando entre zonas de plataformeo y arenas en las que descargar nuestras armas (que tendremos que ir alternando para conseguir munición [si matamos enemigos con la katana] o salud [acribillando a los malos con las armas de fuego]), Shadow Warrior 3 propone un frenético (y a veces caótico) combate en el que se premia nuestra arrogancia (que no insensatez) a los mandos, lanzándonos contra la imaginativa horda de enemigos que quieren acabar con nosotros. Ello con una puesta en escena muy colorida (y sanguinolenta) que es una auténtica gozada para la vista.

 

Las mejoras del armamento y del personaje pueden parecer algo escasas de un primer vistazo, pero suficientes para explotar las posibilidades que ofrece el juego, que -todo hay que decirlo- tampoco son demasiadas. De todas ellas, curiosamente la katana (una de las señas de la franquicia) resulta ser la menos inspirada y acudiremos a ella lo justo y necesario. También se revelan limitadas las opciones que aporta el gancho (con un uso acotado a puntos prefijados con el juego, siendo -es verdad- más versátil en los combates) o las trampas del escenario que podemos usar para liquidar yokais de forma salvaje (algo escasas y poco aprovechadas), ambos aspectos debidos en parte a la excesiva linealidad del juego.

 

Shadow Warrior 3

 

Sí tiene mucho más recorrido la mecánica de los finishers, según la cual, acumulando determinada cantidad de energía podemos acabar con cualquier criatura de un solo golpe de forma bastante gráfica y obteniendo estimables recompensas temporales para seguir saciando nuestra sed de sangre. En general, da la sensación de que el vertiginoso ritmo que propone Shadow Warrior, más allá de una agradecidísima apuesta jugable, es una cortina para esconder la escasez o poco aprovechamiento de sus recursos, dejando ese regusto de que siendo muy divertido, podría haber dado bastante más de sí.

 

Analizada la versión de PlayStation 4.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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