Beware the Slenderman: La edad oscura

Internet es como la vida real, sólo que no lo es. En la red de redes puedes encontrar cualquier cosa, desde hermosos paisajes que te inviten a viajar más allá de las fronteras de tu patria hasta oscuros rincones en los que te instruyan acerca de la anorexia o la automutilación. Ambas cosas también las puedes ver en el mundo «real», sí, pero en él no están a un click de distancia. En el mundo que habitamos te puede tocar vivir en un barrio maravilloso y que tus padres, agentes de viajes, te muestren continuamente posibles destinos para tus aventuras. O puedes tener la mala suerte de nacer en un barrio equivocado y rodeado de la gente equivocada… Pero en internet estas fronteras se diluyen. Se confunden. Cualquiera tiene acceso a cualquier cosa.

 

Y esto es un problema para cualquiera de nosotros. Dos píldoras: Esta misma mañana hablaba con una compañera de oficina acerca de la creciente necesidad en la escuela de introducir nuevas materias. Ya me lo dijeron profesores con bastante más experiencia que yo cuando estudié para maestro: Vivimos en una época en la que el grueso del conocimiento humano está al alcance de todos de manera sencilla y casi gratuita. En un momento así, en una Edad que la Historia terminará por llamar la de la Información, se hace cada vez más necesario enseñar a nuestros niños a filtrar de entre todo el torrente de informaciones que reciben día a día, discriminando las importantes de las superfluas y aprendiendo a diferenciar entre información veraz y falacia. El ser humano culto del futuro no será el que sepa muchas cosas, sino el que sepa navegar entre todas las que sabe sin perder el rumbo.

 

Beware the Slenderman

Imagen de Beware the Slenderman

 

Así llego a la segunda píldora. El otro día una amiga divagaba acerca de conspiraciones que decía haber leído aquí y allá. Uno podría decir que el daño ya está hecho. Internet es una máquina poderosa para generar miedos y supersticiones en la gente crédula. Tiene también culpa de ello su enorme variedad, uno siempre encontrará un nicho en el que alguien comparta su miedo a que un buen día los pingüinos dominen la Tierra. Este refuerzo positivo de pensamientos locos o aberrantes es otra de las cosas que se deben combatir desde la escuela y es, en gran medida, uno de los detonantes de la historia que inspira el documental que HBO España estrena el 24 de enero en nuestras pantallas y que en La Noche Americana hemos tenido ocasión de ver con algo de antelación.

 

La historia nos lleva al 31 de mayo de 2014, fecha en la que, movidas por una ingente cantidad de historias y avistamientos ficticios, dos niñas de doce años apuñalaron hasta diecinueve veces a una tercera (amiga de ambas), para tratar de agradar al Slenderman, una suerte de Hombre del Saco moderno nacido en foros de internet como Creepypasta y alimentado por el resto de redes sociales alternativas como tumblr, deviantart o el foro de imágenes 4chan. Lo que para muchos se trataba de un simpático y tétrico juego de creatividad en torno a la figura de un tipo de traje y sin cara que se llevaba niños a su mansión en lo más profundo del bosque, para estas dos crías se convirtió en algo muy real, hasta el punto de incurrir en un intento (por suerte infructuoso) de asesinato por el que este año serán juzgadas (con diecisiete años) por un tribunal ordinario tras serles denegada la posibilidad de acogerse al Tribunal de Menores.

 

Beware the Slenderman

Una de las imágenes que circulan por las redes del monstruo

 

Varios medios ha tratado de vender este, por otra parte excelente, documental como terrorífico. Sin embargo, sus casi dos horas de duración despiertan en mí más compasión y pena que miedo a la criatura de fantasía. Irene Taylor Brodsky dirige una historia que se centra en los padres de las dos niñas acusadas para mostrarnos la realidad de dos familias completamente normales que se ven sacudidas por un acontecimiento que no pudieron prever. La directora nos cede a nosotros el peso de decidir si la situación judicial actual de las protagonistas es la justa o si es desmesurada y prefiere centrarse en tratar de explicar la creación y persistencia de este mito moderno (heredero de otros más antiguos como el del propio Flautista de Hamelin) en la primera mitad del documental y en las consecuencias del intento de asesinato, los descubrimientos que se han hecho desde entonces y, quizás, la inevitabilidad de todo lo que aconteció en esa tranquila ciudad de Wisconsin hace ahora casi tres años.

 

HBO, más allá de su arsenal de series con presupuesto de superproducciones, trata de hacer desembarcar en España otro tipo de producto igualmente apetitoso, el de sus documentales de investigación. Beware the Slenderman realiza una perfecta aproximación a algunas de las facetas más oscuras de la aparentemente luminosa época en la que vivimos y sirve como punto de partida perfecto para reclamar un cambio real en los sistemas de enseñanza y en la manera en que tratamos a las nuevas generaciones que nos suceden.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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