Byzantium: Devuélveme la vida

Byzantium

Byzantium

Título Original: Byzantium

Director: Neil Jordan

Guión: Moira Buffini

Reparto: Saoirse Ronan, Gemma Arterton, Sam Riley, Tom Hollander, Caleb Landry Jones

Reino Unido – Irlanda – EEUU / 2012 / 118′

Productora: Demarest Films / Lipsync Productions / Number 9 Films

Byzantium, como género más que como historia, lo tiene difícil con el espectador exigente y por supuesto entendido casi desde el comienzo; justo desde en el momento en el que se descubre que lo que están contando no es solo un aparente drama, sino una historia de vampiros…

Byzantium, como género más que como historia, lo tiene difícil con el espectador exigente y por supuesto entendido casi desde el comienzo; justo desde en el momento en el que se descubre que lo que están contando no es solo un aparente drama, sino una historia de vampiros. ¿Una de vampiros? ¿Otra vez? Efectivamente. Ese tema tan manido y a estas alturas maltratado; ese tema que aunque te guste no lo soportas, porque no hay forma de encontrar algo distinto o un poco más imaginativo. Pero al menos en Byzantium todo el rollo chupasangre parece que se nos quiere presentar de un modo diferente. Parece… porque no lo consigue del todo. En general, muchos de los tópicos se los pasan ampliamente por el forro, lo que no está nada mal, pero otros tantos siguen siendo un poco lo de siempre. Por otra parte, la trama intenta ser una historia atípica, pero vuelve a dejar de brillar en el momento en el que recordamos las series del señor Whedon y la naturaleza torturada de cierto vampiro. Vaya hombre… Aún así, Byzantium nos muestra algún que otro momento embriagador, y consigue distanciarse bastante de casi todo lo visto hasta el momento, lo que no es poco.

Gemma Arterton en Byzantium

Eleanor (interpretado por la inquietante Saoirse Ronan), una pobre muchachita que vive la maldición de la inmortalidad, y lo que es peor, la de tener que matar para alimentarse, se encargará de darle un comienzo a todo y de transmitirnos, a través de la historia de su vida, de la que no puede hablar pero en la que no para de emplear chorros de tinta, un pasado, un presente, y en definitiva toda una vida angustiosa; melancólica, terrorífica, cargada de pecados ajenos y de la que intenta zafarse por todos los medios, puesto que ella, por encima de todo, lo que quiere es llevar otra vida: una simplemente normal. Clara (una maravillosa Gemma Arterton), su aparente amiga y compañera de viaje, también acarrea unas cuantas maldiciones, por ejemplo, la de verse instintivamente en la obligación de cuidar de Ella, quien, dadas las circunstancias y ante todo su comportamiento, no deja de ser una carga. Ambas dos deambulan de un lado para otro buscando donde ocultarse, puesto que para colmo están siendo perseguidas. Sin dinero para subsistir, y con el único y más viejo oficio como moneda de cambio, ejercido sin pudor y sin pereza por la imponente y perversa Clara, terminan dando con sus huesos en Byzantium, un desvencijado hostal (o similar) donde llegan y acampan cual Nexus seis colgadas de la chepa del Bastian de turno; en este caso Noel, interpretado por Daniel Mays.

A partir de ese momento visualizaremos en conjunto una historia intimista, poética (como no podía ser de otro modo viniendo de la mano de Neil Jordan, que regresa al mundo del colmillo tras Entrevista con el vampiro), pero también oscura y sobre todo desgarradora desde el punto de vista de un ser que se ve obligado a matar para sobrevivir, pero que dada su forma de ser, no parece poder evitar terminar siendo la hermanita de la caridad del mundo vampírico. El film, que no deja de recordar por momentos, aunque siempre salvando las distancias, a la magnífica Déjame entrar, es realmente bello estéticamente hablando, tierno, adulto en lo que al tratamiento del personaje se refiere, y más teniendo en cuenta sus diecisiete años terrestres tanto en lo aparente como en lo mental. Y con romance incluido…

No obstante, y para no terminar de darnos una de cal y otra de arena, tampoco le faltan los momentos carentes de ritmo: Byzantium es una maravilla no apta para todos los públicos, eso está claro; sin grandes sobresaltos, sin demasiada sangre o mala baba, y con momentos en los que la trama se ralentiza e incluso redunda. También, dependiendo de la situación, puede resultar un tanto previsible, no nos engañemos. Aun así, para aquellos que gustamos del cine contemplativo, elegante y con vuelta de tuerca, es un auténtico placer, no cabe duda.

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